14 de mayo de 2012

Persiguiendo a Amy 46.-Hernán


- Me ha tocado el enano… - Murmuraba Hernán mientras echaba un pequeño vistazo a la pelea de Lázaro - Que suerte tienen algunos… Este seguro que me rompe la botella al no poder atacarme más arriba…

Le encantaba quejarse en cada batalla, fuera por lo que fuese, siendo básicamente su forma de mantenerse centrado en el rival. Aunque su rival no estaba dispuesto a dejarle quejarse en demasía, atacándolo con movimientos rápidos mientras perjuraba a no sé quien sobre que iba a hacer no se qué.

- Encima me ha tocado hablador, - Seguía murmurando - por lo menos, podría aprenderse algunas frases diferentes…

Hernán iba parando los golpes como podía mientras buscaba el momento idóneo para esquivarlo y contraatacar de forma certera. Para ello, el hombre memorizaba los movimientos del rival para poder anticiparse. Aunque parecía que el ya apodado por Hernán como “enano hablador” no repetía golpes.

- ¿Izquierda? - Hernán miró a su rival y según los gestos parecía que esa era la dirección - No, al final es derecha…

El hombre alto esquivó el último golpe a duras penas consiguiendo salvar la botella del filo. Sin darle un segundo de respiro, su rival, volvía a la carga, ahora por el costado. Por suerte el juego de pies del hombre alto estaba a la altura de la velocidad de esos ataques pudiendo volver a esquivar el ataque poniéndose de cara al acero y echándose hacia la izquierda.

- Ahora cambia las tornas - El hombre alto aprovechó el fallo del rival para emprender su ataque - es hora de contraatacar...

Hernán dio un paso hacia adelante alzando la espada y descargándola hacia abajo en un golpe poderoso que a duras penas pudo pararlo el enano con su acero. Era su turno así que ahora la felicidad era extrema. El rival retrocedió unos pasos, cosa que hacían todos pero era algo ilógico, ya que concedían a Hernán volver a preparar otro golpe.

Mientras lanzaba el segundo golpe esta vez en horizontal pudo escuchar a Lázaro preguntarle qué hacía.

El hombre se encogió de hombros mientras veía su acero esquivado, cosa esperada, y emprendía ahora un golpe hacia el costado.

- ¿Luchar, no? – Disimulaba el hombre mientras observaba que su espada impactaba contra la del rival, haciéndole a este ultimo perder el equilibrio y caer al suelo - Ah, es por lo del brazo… Es que… Tengo frío, Lázaro, ya sabes que luchar a estas alturas de la estación y a estas horas hiela hasta la mismísima sangre.

Hernán suspiró al ver a su rival en el suelo y la espada, que instantes antes había buscado con ansia su carne, a sus pies. No podía negar que le habría gustado que su rival volviera a coger la espada, pero no podía dejarle hacerlo.

El hombre alto plantó una de sus botas sobre el acero para que no lo pudiera levantar su rival.

- En fin… Cuando empezaba a divertirme… - Dijo con desolación mientras le ponía la otra de sus botas en el peto de la armadura y la espada en la garganta- ¿Qué hago con este Lázaro?

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(Hernán por Alexsparda.)

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