19 de junio de 2012

Mentre tutto scorre - Negramaro





Parla in fretta e non pensar
se quel che dici può far male
perché mai io dovrei
fingere di essere fragile
come tu mi vuoi

(Vuoi) nasconderti in silenzi
mille volte già concessi
tanto poi tu lo sai
riuscirei sempre a convincermi
che tutto scorre

Usami, straziami
strappami l’anima
fai di me quel che vuoi
tanto non cambia
l’idea che ormai ho di te
verde coniglio
dalle mille facce buffe

E dimmi ancora quanto pesa
la tua maschera di cera
tanto poi tu lo sai
si scioglierà come fosse neve al sol
mentre tutto scorre

Usami, straziami
strappami l’anima
fai di me quel che vuoi
tanto non cambia
l’idea che ormai ho di te
verde coniglio
dalle mille facce buffe

Sparami addosso, bersaglio mancato
provaci ancora, è un campo minato
quello che resta del nostro passato
non rinnegarlo, è tempo sprecato
macchie indelebili, coprirle è reato
scagli la pietra chi è senza peccato
scagli la pietra chi è senza peccato
scagliala tu perché ho tutto sbagliato

Usami, straziami
strappami l’anima
fai di me quel che vuoi
tanto non cambia
l’idea che ormai ho di te
verde coniglio
dalle mille facce buffe.

18 de junio de 2012

Siguiente paso

Pues bien, hemos vuelto al punto cero. Se ha terminado la historia nueva así que... ¿Ahora qué?

He oído comentarios por ahí de que os gustó el "Elige tu propia aventura" pero con eso voy a pocos así que... ¿qué más queréis leer? ¿Tenéis alguna opción? ¿Alguna sugerencia? Es vuestro momento de opinar...

Os dejo una encuesta, que sé que os gusta...

¿Qué queréis?

a) Muchos Elige tu propia aventura
b) Más comiditas
c) Trocitos de todo y nada
d) Otra historia ya escrita, que va rápido
e) Poesía
f) Colaboraciones con otra gente "y yo te ayudo" (sin colaboradores, no hay)
g) Otros... Y si le dais a otros, comentáis, leñe... Pulsar otros y reírse no vale, Rober.


16 de junio de 2012

Persiguiendo a Amy 57 .- Leonardo (Último capítulo)

Había apurado la botella con calma, trago a trago, sentado en la cama. No la había soltado siquiera cuando los vapores del caldo francés le habían nublado la mente y se había adormecido. Aún la sujetaba cuando se abrió la puerta y pensó que soñaba las dos figuras que entraban. Sonrió cuando vio a la mujer. Una mujer con la que calentar la cama. Era exactamente lo que necesitaba.

Sin embargo, la voz de Lázaro vino a romper todas sus ilusiones. Más aún sus palabras. ¿Devolverla? ¿Llevarla de nuevo? ¡Que lo colgaran si quería volver a vérselas con el abogado! ¡Y mucho menos borracho como estaba! Si Lázaro no hubiera dicho lo de la recompensa he habría lanzado la botella sin dudar. Prescindir de ella facilitaba las cosas, podía soltarla en su casa, llamar y marchar, evitando todo problema. Renunciar al dinero haría que renunciaran a toda pesquisa, ya de puestos, y eso, tras el incidente de la timba, les beneficiaría. Aún así tenía que intentarlo...

-¿Llevarla? Estoy borracho. Y dormido. Llevadla vos si os place, señor, yo no puedo moverme más por hoy...

-Y que sea ya.

Y por si fuera poco, estaba de mal humor...

Era tarde y la moza era reacia a quedarse en la hacienda. Tuvo casi que arrastrarla hasta allí y luego convencerla con suaves palabras de que volvería. Mañana. A por la recompensa. No lo dudéis. Un suave beso y un par de caricias que dejó que ella adelantara. Cuando llegó de regreso a la taberna, ya el amanecía y sus compañeros no tardarían en bajar. Se habían acostumbrado a ello de un modo casi militar. Se reunían al amanecer, recibían órdenes, y si no eran inmediatas, volvían a dormir mientras pudieran, de modo que ya estaban gastando parte del botín del día anterior en cerveza, pan y algo de carne cuando llegó el bardo con las nuevas de la Revoltosa.

- ¿Amy?

Los hombres se miraron y apenas tuvieron que hablar. Vaciaron sus vasos y en apenas unos minutos ya habían recogido sus escasas pertenencias y estaban listos para partir de nuevo.

-Por el báculo del Papa, ya podían haber esperado un par de días más vuestra zagala, ¿no? Malditas las ganas de echarse de nuevo al camino...

Pero volvieron al camino, como siempre hacían.

-Pezzo di... ¡Si no me habéis dado tiempo de desayunar!

9 de junio de 2012

Cookies sin tilde diacrítica

Hola, soy Lu.
Que el blog se llame Lu vs. the world o que la dirección sea cosas-de-lu seguro que ya lo había dejado claro, pero por si acaso: Hola, soy Lu.
Así, sin tilde. Porque es monosílabo y los monosílabos solo llevan tilde si es una tilde diacrítica. Y no lo es, porque no hay de qué diferenciarme.
Hay quien dirá... ¿Cómo no? ¡De las galletas Lu!

Pues... en el insti/facultad, había quien me llamaba Cookie precisamente por eso así que... No. No llevo tilde. Que quede claro.
Lu, sin tilde.

¿Y todo este preámbulo para qué? Pues porque os voy a poner la receta de las cookies. De modo que... Allons-y!!



¿Qué le vamos a echar?


- 1 huevo
- 2 cucharadas de leche
- 1 pellizco de sal
- 200g. de azúcar
- 150g. de mantequilla
- 400g. de harina
- 1/2 cucharada de levadura
- Perlas de chocolate o chocolate para postres en trozos

¿Y cómo lo vamos a hacer?


Para empezar, ponemos el horno a precalentar a 150º, porque la masa se hace en un momento.

En un bol grande, batimos el huevo, la leche y la sal. Añadimos el azúcar y seguimos.

Mezclamos todo esto con la mantequilla derretida y a continuación añadimos la harina y la levadura y mezclamos hasta que quede una masa como puré espeso (vamos añadiendo harina hasta que así sea, puede que necesite algo más o algo menos, según el huevo y todo eso...)

Por último, agregamos las perlas o trocitos de chocolate y mezclamos bien. Hacemos las galletas sobre la fuente del horno (yo pongo un albal espolvoreado de harina en el medio, para no mancharla y que no se peguen... pero allá cada uno y su conciencia) y se llevan al horno durante más o menos 15 minutos a 170º.

Sacamos, dejamos enfriar, comemos.
Fin.

¡Que aproveche!

8 de junio de 2012

Persiguiendo a Amy 56 .- Lázaro

Cuando llegaron a la taberna encontraron de nuevo sentados en la taberna. Volvían a ser solo dos, pero al menos Servando era uno de ellos.

-¿Salvatore y Leonardo? 

-El bardo dijo que no lo esperáramos despierto. -Servando se rió y se pasó la mano por la calva, luego miró a la joven de reojo. -Y tu her... digo... Leo agarró una francesa y se fue a la habitación a dormir con ella. -Señaló escaleras arriba. -Nos dieron dos, las dos del fondo. Está en la última.  

Lázaro miró de reojo a la moza. Había apretado los dientes y se le habían subido los colores a la cara. Imaginaba perfectamente a qué se refería el hombre, así que tiró del brazo de la zagala escaleras arriba, sin permitirle quejarse. Llegó a la puerta y entró sin llamar. 

Su hermano estaba allí, tumbado boca abajo en la cama, aún sujetando el cuello de la francesa. Una botella del vino francés al que tanto se había acostumbrado en sus épocas de falso noble. Alzó la mirada al ruido de la puerta. En un principio pareció sorprendido ante la mujer, pero enseguida sonrió cuando la reconoció. Maldita fuera su estampa. 

Lo vio sonreír y en lo primero en que pensó fue en partirle la cara. Conocía demasiado bien esa sonrisa y sabía que en la mayoría de los casos solo significaba una cosa: problemas.

Mostraba durante apenas un segundo esa dentadura perfecta que ni los años ni las peleas ni la mala vida habían logrado perjudicar, y luego juntaba los labios en ese gesto que retenía todas sus emociones en una media sonrisa pícara, retadora. Le hacía parecer un ángel encantador, lleno de vida, alegría y bondad a quien uno bien querría entregar alma y vida sin reservas… hasta que el brillo de sus ojos, esos cristales castaños que achinaba ligeramente al sonreír indicaban que, de ser un ángel, bien seguro era uno de aquellos que habían seguido al Maligno en su caída.

Y no era maldad lo que brillaba en sus ojos solo… solo eso. Problemas.

Su sonrisa te pedía el alma y ya había visto a muchas mujeres regalársela. Clamaba por tu vida y más de un hombre la había dejado a sus pies. Y él, sin reservas, cobraba sus rentas en el amor y con el acero sin dudarlo, sin reservas. Así el Altísimo lo confundiera. 

Pero esta vez no podía consentirlo. 

-Llévala a su casa. Y no quiero volver a verla. Aunque tengamos que renunciar a esa recompensa, voto a tal que los problemas que nos está buscando no la compensan. 

6 de junio de 2012

Premios Lobster... Lannister... ¡Liebster!

Esta mañana me desperté y, así un poco por inercia, conecté internet en el móvil a ver qué se cocía. Y tenía un mail, un aviso de comentario en el blog, en el que decía que me han dado un premio Liebster.

Me han dado un premio Liebster. ¡Me han dado un premio Liebster! ¡¡Me han dado un premio Liebster!!
¿Que qué es eso de un premio Liebster? Pues... ¿Y yo qué sé? Pero es un premio y los premios molan, ¿no?



Bueno, yo qué sabía, porque los chicos de El Palacio de los Sueños (que son, ahora mismo, mis mejorcísimos amigos del mundo mundial por darme un premio) lo explican perfectamente en su blog, así que directamente voy a copypastear.

¿Qué son los premios Liebster?
Son una iniciativa destinada a promocionar pequeños blogs, en cuanto al número de visitas se refiere, a través de una cadena de premios simbólicos que los propios bloggers otorgan. Es decir, cada blogger que recibe el premio en reconocimiento a su blog debe, a su vez, otorgar u nombramiento igual a otros cinco blogs de su elección.

Sólo debe cumplir unas simples normas:
1. Copiar y pegar el premio en el blog enlazándolo con el blogger que te lo ha otorgado.
2. Premiar a tus cinco blogs favoritos con la condición de que tengan menos de 200 seguidores y dejarles un comentario en sus entradas para notificarles que han ganado el premio.
3. Confiar en que continúen la cadena premiando a su vez a sus cinco blogs preferidos.


No tengo muy claro si se puede devolver el premio, porque la verdad, El Palacio es uno de los blogs que más leo y visito (aunque reconozco que me gustaba más su antigua faceta de historias...) Pero dado que se supone que es para promocinar nuevos blogs, os lo recomendaré encarecidamente y entregaré otros 5 premios.

Let's go!!

1.- El vecino del 4º .- No tengo muy claro cuantos seguidores tiene el Vecino, así que no sé si entra entre los posibles participantes. Pero en realidad, no me importa lo más mínimo. Se merece que le de este premio más que nadie. El vecino me animó a escribir, me alentó y me "obligó" como pocas personas y no solo eso: también me regaló la luna. A mí y a tantos otros. Entre tazas de té y canela, cada uno de sus posts me pone los pelos de punta, me hace llorar o me llega al alma como pocos textos. Si tengo que elegir uno solo de sus textos, mi egocentrismo me obliga a elegir este: Carmín... Gracias, vecino.

2.- La libreta de Nan .- "Como personajes de pueblacho de Maine de libro de Stephen King"... Los personajes de Nan se cuelan uno a uno en sus letras con pequeños retazos que siempre, siempre me dejan con ganas de saber más, de querer leer más. De encontrarlos de nuevo. De momento tiene poquitos posts, pero ya tendrá más... Si no, no entraremos a darle de comer a los peces y morirán, y no queremos que eso pase, ¿verdad? ¿A que postearás más? ¿A que sí? Las buganvillas es uno de los posts que más me gustaron. Y la chica del jersey azul. Y su gato. ¡Si hasta tiene un gato!

3.- Mirando al Mar .- Que sea mi padre es motivo más que suficiente, ¿no? Pues por si no lo fuera, además, su blog está lleno de curiosidades, puntadas de cultura y anécdotas interesantes. En concreto, me pareció fascinante la historia de Óscar. (Y no, tener posts sobre gatos no es el único requisito para que de este premio...)

4.- Bitácora Maldito .- Bit es muy bruta. Bit no tiene pelos en la lengua. Bit maldice y blasfema sobre todo y sobre todos. Igual soy muy cruel, pero la mayoría de las veces acaba arrancándome una sonrisa. O haciéndome llorar... Me encantan sus anécdotas laborales, en su Diario de una dependienta en apuros.

5.- MiniAerotrastornados .- Es un blog para amantes de los aviones. Es un blog infantil. Está lleno de cuentos, manualidades, cariño, aviones y la magia del vuelo. Es, sencillamente, adorable. Y, dado que todo gira sobre las ansias de volar, tienen un post con la historia del Kiwi, que siempre fue uno de mis cortos preferidos: Cuando siempre has querido volar, haces lo imposible por lograrlo.

Y más blogs que me dejo y que se los merecen... Muchas gracias a todos.

5 de junio de 2012

Persiguiendo a Amy 55 .- Salvatore



Salvatore remató con disgusto al desdichado arrodillado a sus pies, limpiando el filo de su daga con su pañuelo antes de envainarla. Siguió a los demás escaleras arriba hasta abandonar aquel antro, y miró al cielo. Aún era noche cerrada, tenía tiempo. Sonrió.

- Caballeros... -hizo una reverencia, quitándose el sombrero, como si fuesen señores- ¡no me busquéis hasta por la mañana! ¡Nos veremos en la taberna de antes! -apuntilló ya desde lejos, perdiéndose tras la esquina de una callejuela.

Tenía buen sentido de la orientación, en unos minutos había llegado, escurridizo como una sombra, hasta la casa de la amiguita de Leonardo. Las contraventanas de la habitación de la criada no estaban cerradas, así que se aventuró a lanzar un guijarro contra el cristal, escondiéndose después entre las sombras del callejón, al acecho. No había pasado ni un minuto cuando las ventanas se abrían, asomando la cabeza de la joven. Salvatore sonrió, era evidente que la muchacha lo estaba esperando, y su sonrisa se ensanchó cuando le dijo que su señora no estaba en la casa. Antes de que terminara la frase Salvatore había trepado al balcón con la agilidad de un felino, y se colaba por la ventana.

La muchacha era pequeña y algo flaca para su gusto, pero tenía unos ojos bonitos y una sonrisa dulce. No le costaría demasiado seducirla, aquel brillo en los ojos ya la delataba, pero aún así sacó su laúd y, arrodillándose ante ella le cantó muy bajito una mentira que ella, arrobada de gozo, quiso creerse, y alabó sus oídos de criada con palabras que merecería una princesa... Porque tenía debilidad por aquellas pobres muchachas cuya juventud se marchitaría fregando, o cocinando, o barriendo, o en las más brutas tareas, y que probablemente se entregarían a otros más bárbaros que no se tomarían la molestia de cortejarlas. De modo que cantó para ella con su mejor voz:

Desd´el día que miraron mis ojos vuestra presencia,
de tal forma se mudaron, que no consiente ausencia.

Vuestros amores é, señora, vuestros amores é...

Tengo siempre el pensamiento en servir i contentaros,
que vuestro mereçimiento jamás me dexa olvidaros.

Vuestros amores é, señora, vuestros amores é...

Es vuestra gentil figura tan perfeta y acabada
que con gracia y ermosura teneis mi vida rrobada

Vuestros amores é, señora, vuestros amores é...

Pues quiso mi ventura que de vos fuese cativo,
dadme vida sin tristura, pues por vos muriendo bivo.

Vuestros amores é, señora, vuestros amores é...


No hizo falta mucho más para que la pobre se rindiera a los encantos del bardo, aquellas eran conquistas con poco riesgo y poco mérito, pero se entregaban casi con candor, y eso le hacía sentirse algo incómodo cuando abandonaba el cuarto a hurtadillas, en la madrugada. No pudo resistirse a darle un beso antes de salir de nuevo a la noche, creyéndola profundamente dormida. Mas la chica despertó, y al verlo vestido, unas lágrimas silenciosas acudieron a sus ojos. No parecía extrañada, sólo triste. Lamentó no haberse ido antes. Y cuando buscaba desesperadamente algo que decir, fue ella la que habló:

- Es por esa tal Amelia a la que buscáis, ¿no? ¿vos también la amáis, no es así? A fe que es bella... -hipó, secándose las lágrimas con la sábana.

Salvatore se acercó y la cogió por las muñecas, mirándola a los ojos:

- ¿Habéis visto a Amelia? ¿está aquí?

-La mujer forastera de los ojos verdes y larga melena... -la chica, algo asustada, desistió de la escena de celos, y contestó a las preguntas con la mansedumbre de años de servir- Esas... mujeres siempre llaman la atención allá por donde pasan. La vi hace dos o tres días en el mercado, compraba comida para marchar hacia la capital. Iba vestida con un peto de cuero, como un hombre, y llevaba una espada corta, como los demás hombres con los que iba.

- ¿Un peto de cuero? ¿como los de los soldados? ¿eran soldados? ¡vamos, cuéntame! -le dijo, con cierta urgencia.

- Esa... esa impresión me dio, mercenarios que marchaban a la capital, como muchos otros han hecho desde que empezaron los conflictos...

- Grazie mille, cara...

La muchacha aún lloraba cuando la besó por última vez y salió por la ventana. Aún no había amanecido, pero tenía que correr a la posada y despertar a Leonardo y los demás. Tal vez la Revoltosa estuviera en grave peligro.

--- 
(Salvatore por Sherezade)

1 de junio de 2012

Persiguiendo a Amy 54.- Lázaro


-¡Señor! Parad, os lo ruego...

Y por la misa que no era otra su intención... Echándose a un lado apoyó la espalda y la cabeza contra el muro más cercano, mientras Hernán se enfrentaba al último hombre.

-Sé que me arrepentiré de esto, Hernán, pero déjalo con vida. Por lo visto tiene quien se preocupe por él...

Observó la figura estática que los observaba envuelta en la oscuridad y no pudo reprimir un gemido preocupado, más cuando Hernán ni siquiera se había percatado de su presencia. El tiempo que había pasado con los monjes no le había lavado del alma las supersticiones que le habían inculcado de pequeño las mujeres de la casa donde "trabajaba" su madre: el hecho de que el timbre de la voz no se le antojara del todo extraño, no le quitó esa sensación amarga. La Dama Negra que llegaba al final, siempre al final, para acompañarte hasta la otra orilla, junto al Altísimo. La Gran Meretriz, que decían las rameras, compañeras de su madre, con la que al final, todos nos acostamos.

Los monjes decían que no eran más que leyendas estúpidas, que la muerte no era más que un proceso por el que el alma viajaba junto al Señor, no una dama... pero él no podía dejar de imaginarla así, con el rostro cubierto por los velos oscuros y esos labios capaces de llevarte al otro mundo con un simple roce...

-No lo mates, pero tampoco seas demasiado blando... No tengo ganas de volver a cruzármelo mientras estemos en Huesca. Y vos no os preocupéis, señora. Dejaremos a vuestros compañeros con vida... Lo intentaremos, al menos.

Torció la boca en su sonrisa más amarga y, apoyándose en el arma, recogió el atado con el hábito del suelo.

Mientras tanto, Hernán había sacado una botella de debajo de la capa y le daba largos tragos, entrecerrando los ojos con deleite.

- Tienes mal aspecto… ¿Te apetece un trago? ¡Delicioso! Estos curas se lo montan bien con el tema del alcohol… Por cierto, deberías esquivar las espadas antes de que te corten...

- ¿Esquivarlas? Que te aspen, Hernán... ¡Maldita sea! Casi nos matan por una botella de vino... Casi me matan, al menos.

Pero no pudo evitar reírse. Ese tipo alto siempre lo sorprendía... Se volvió para analizar fríamente, ahora que su vida no estaba en juego, a la sombra del callejón.

Así ardiera en el infierno si no la conocía. Era la damisela en apuros. No era otra que la muchacha del camino. El Altísimo la confundiera, no les iba a traer más que problemas. En mala hora habían aceptado llevarla con ellos...

- ¿No deberíais estar ya en vuestra cama? No creo que este sea lugar para una dama como vos... ¿Y qué tenéis que ver con esta... escoria?

Sonrió ante el apelativo. No eran más escoria que ellos mismos. La joven en cambio, no parecía preocuparse ahora lo más mínimo por los individuos heridos. Los miraba, en cambio, entre preocupada y asustada, alternando la vista entre él y Hernán, y apenas tartamudeó un par de palabras. Una de ellas, el nombre de su hermano. El muy hijo de... Volvió a sonreír. Sí, esa era la expresión exacta.

Decidió que, antes de nada, lo importante era sacarse del medio, evitar una posible guardia, y llevar a la moza a un lugar seguro ¿Qué lugar seguro podían encontrar en Huesca? ¿En una ciudad que no conocían? Decidió que lo mejor sería no perderla de vista y buscar a los demás. Había dejado a los otros en la taberna y allí los encontraría, casi seguro.

Agarró a la joven del brazo y le hizo un gesto a su compañero.

-Vamos, con suerte encontraremos en la taberna a vuestros dos amorcitos. Al menos, Hernán, seguro que al tuyo sí...