21 de septiembre de 2011

21 de septiembre

Día Mundial del Alzheimer.

(Si queréis saber algo más, aquí tenéis la página de la Fundación del Alzhéimer de España.)

Bailaré sobre tu tumba - Siniestro total

Nada más que añadir. =)

20 de septiembre de 2011

Capítulo 15 - La mensajera

- Creo que, de meterme en la boca del lobo, prefiero hacerlo con un gato con las garras afiladas al lado...

El Gato le obsequió con su mejor sonrisa de perdonavidas tras las gafas de sol y cerró la capota del Mercedes. Salió al tiempo que Sombra y cerró el coche, que les despidió con alegre pit-pit.

-Anda, vamos.

Subieron las escaleras. Eran dos pisos (¿de nuevo dos pisos?). Sombra tuvo una ligera sensación de alarma al darse cuenta, pero aún así decidieron pasar del ascensor de modo tácito, tal vez porque a ninguno de los dos les apetecía encerrarse cuando se sabían camino de una trampa.

Al subir los últimos escalones, Sombra, que iba delante, sacó el móvil para llamarla y preguntarle la puerta, pero entonces la vio. Les estaba esperando en el rellano, sentada en el suelo, con la espalda apoyada en la pared. Estaba jugando con el móvil, y parecía aburrida. Con su pelo corto y sus mechas azules. Los mismos vaqueros raídos y una camiseta negra aún más ajustada y corta que la de la mañana. Y los mismos piercings. Sombra no pudo evitar conectar los rayos X de nuevo, pensando, tras la neblina de la resaca, dónde más estaría agujereada.

El Gato estaba enterado de su malsana obsesión, así que se le acercó para susurrarle al oído.

-Apuesto dos botellas de ron a que tiene otro en el ombligo. Y ninguno más.

Fue más o menos en el instante en que Sombra susurraba un quejumbroso "y dos cajas de aspirinas" cuando ella levantó la cabeza y los miró. Hizo un gesto de desagrado absoluto al ver al Gato y se levantó del suelo, apoyando la mano libre en la pared, sacudiéndose luego los pantalones con ella. La otra la mantenía bien sujeta al móvil.

-Llegas tarde.

Hizo amago de acercarse a una de las puertas, pero volvió a mirarlos y abrió el piso de al lado, invitándolos a entrar con un gesto de la mano.

-Tú primero.

Los precedió encogiéndose de hombros, sacando la llave de la cerradura. Se la tiró a Sombra tan pronto traspasó el umbral.

-Cierra. No hacía falta que te trajeras a la niñera, ¿sabes? -Desapareció apenas unos segundos en uno de los cuartos y salió con una cerveza en la mano. Se sentó en un desvencijado sofá. -¿A qué coño has venido? ¿Eh?

Sombra observó el piso, o lo que podía ver de él. Estaba aún peor de lo que podían estar sus neuronas en ese mismo momento. Era un lugar oscuro y pequeño, y todos los muebles ya eran viejos antes de él nacer. Había varias revistas tiradas en el suelo, un par de botellas de cerveza se sumaban en la mesa a la que dejó la muchacha y una prenda de ropa sin identificar yacía en un rincón. El sofá donde se sentaron él y el Gato estaba machacado y descolorido, y tenía varias manchas en las que prefirió no pensar.

-Pues verás...

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Sombra...

a) Decide sincerarse y le cuenta todo a la muchacha.
b) Le hace un interrogatorio en tercer grado.
c) Le da el turno de palabra al Gato que sabe más.
d) Se hace el avión y le tira los trastos.
e) ¿Otra? ¿Cuál? ¡Dejadme comentarios!

9 de septiembre de 2011

La tinta callada

Quería escribir, como siempre, pero la fuente de sus ideas se había secado, igual que las hojas del pasado otoño, del próximo otoño. Se marchitaron las historias y se volvieron polvo, que voló con el viento, como en una canción, a través del tiempo.

Tenía los dedos llenos de tinta y el papel en blanco. Otra vez. Como siempre. Porque ese era su nuevo siempre. El sueño se esfumó con Ella. Y Ella no iba a volver. No la dejaría volver.

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(Otro pedacito de nada, mientras no tengo capi nuevo...)

(Con permiso de La Dama del Alba... Y si no me lo da... Sorry, darling... Ahora ya es tarde...)

Encuesta capítulo 14

Parece ser que al final suben juntos...











Bueno, ya sabéis... Intentaré tener el próximo capítulo en breves...

2 de septiembre de 2011

Capítulo 14 - Cámara de fotos

Le repitió de memoria la dirección de la mujer y el Gato negó con la cabeza mientras aceleraba.

-Vas directo a la boca del lobo... ¿La bolsa?

Tras ponerse el cinto, Sombra vació el contenido de la bolsa en su regazo. Por el peso ya se había imaginado el contenido. El tan familiar peso de su Nikon D60.

-Bueno, así ya no tienes que comprar otra... ¿Sigue funcionando?

-Veamos... Encender enciende... y... ¿No reconoce la tarjeta? ¡Mierda!
-¿Qué?
-¡No está!
-¿El qué?
-¡La puta tarjeta de memoria!

Se sujetó el pelo con una de las manos, desesperado. Ya estaba harto. Que les dieran a la puta tarjeta, el fiambre, a la mensajera y a la madre que los parió a todos. El Gato apartaba la mirada de la carretera de vez en cuando para mirarlo.

-A ver, angustias, tranquilízate... ¿No hay nada más en la bolsa?
-Pues... La cámara, la entrada de un local... un par de nueces... y un recibo de Correos.
-¿Un recibo de Correos? Pues ahí tienes tu tarjeta. Espera, ¿has dicho nueces?
-¿Crees que mandé la tarjeta a algún lado? ¿A dónde? ¿Y qué diablos hace Correos abierto a las...? ¡La leche! ¿Llegué tan tarde a casa?

El Gato se inclinó sobre el recibo, dando un volantazo.

-Temprano. A eso en mi casa se le llama temprano. -Dio un frenazo, aparcando con una maniobra cargada de chulería, y le hizo un gesto con la cabeza hacia el edificio más cercano. -Fin del billete.

Sombra miró el portal con desgana.

-Es el tercero no-se-qué. No sé si me lo dijo. -Se rascó la nuca maldiciendo una vez más la resaca. -Creo que voy a tener que llamarla de nuevo para preguntar la letra.
-¿Quieres que vaya a hacerte compañía o te vales tú solito? ¿Y de dónde coño sacaste esas nueces?

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Y entonces...
a) Sombra le pide que le acompañe.
b) Sombra le echa un par de... nueces y sube él solito.
c) Sombra se echa atrás y le dice que mejor van a Correos a preguntar.
d) Sombra... ¿Qué hace Sombra? ¡Cuéntamelo, please, que estoy parca de ideas!