28 de octubre de 2012

Encuesta mala...

Las encuestas están haciendo tonterías, así que comprobadlas y si no os la registra, dejad vuestro voto en comentarios, porfa...

27 de octubre de 2012

ETPA 2 .- Capítulo 6: Datos de interés

- Puedo... ¿Cuáles son esas pruebas que tenéis?

Decidió lanzarse y preguntar. Si ellos sabían algo, si había alguna opción, la menor posibilidad de que Jules siguiera vivo, tenía que conocerla. En el círculo, en cambio, se hizo el silencio y las hebras de magia a su alrededor se reforzaron.

-¿Nos estás retando?

Notó como de pronto el aire se volvía gélido a su alrededor en cuestión de décimas de segundo. Pero solo era su miedo. No era ningún hechizo. Aún.

-Yo no... no... Pero es que no encontramos nada. Nosotros no... Si queréis que lo busque... -Problemas, eso era lo que se estaba buscando, problemas y más problemas. -Voy a necesitar más datos, yo no sabría por dónde empezar...

Los tres encapuchados que llevaban la voz cantante, los amos, parecieron pensárselo un momento. Cada vez que se miraban podía ver, como hilos de plata, la conversación telepática que mantenían. Solo eran imaginaciones suyas, claro está... Pero estaban allí, lo sabía. Al final, el de la izquierda habló.

-Entre otras cosas... sus papeles y varias de sus cosas han desaparecido de su casa. La mayoría de los hechizos de protección estaban desactivados y nadie había sido capaz hasta el momento. Uno de los miembros del consejo recibió una nota con su sello y... bueno, estás aquí. -No le gustó nada su sonrisa. -Y él era el único contacto que teníamos contigo. A no ser que hayáis violado el código y te haya desvelado el punto de contacto... Anteayer dejamos la nota, y hoy estás aquí.

Entonces era verdad. Nadie más sabía quién era ella. Podría huir y nadie la relacionaría y... mierda. No se había cubierto la cara. ¿Y cómo había llegado la nota? ¿De veras había sido Jules?

-¿Qué...? -No sabía por dónde empezar. -¿Cuál es el punto de contacto? ¿Y por qué dejasteis la nota allí si sabíais que él estaba muerto? Y la otra nota... ¿Qué decía la nota del miembro del consejo? ¿Y qué cosas...?

-¡Demasiadas preguntas! -La voz del del centro sonó tajante. -Ya hemos contestado a más de lo que era necesario. Tienes órdenes. Ahora ve y cúmplelas. Encuéntralo o atente a las consecuencias. Nos pondremos en contacto contigo de nuevo.

No se le ocurrió nada mejor que asentir . Y marcharse. Suspiró aliviada cuando la tensión mágica a su alrededor pareció relajarse. No obstante, dejó que un hechizo suave se deslizara hasta el suelo y se anclara allí. No duraría más de unos segundos pero le permitiría escuchar...

-Vosotros tres. Seguidla y tenedla vigilada. Si intenta algo contra nosotros, matadla. Si encuentra a Jules, informad al instante. Y luego, mat...

El hechizo se desvaneció, pero no necesitaba más. Estaba en un buen lío. Y Jules no la iba a rescatar esta vez. ¿O sí?


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Nuestra prota (que ya va siendo hora de que me deis nombres) tiene que empezar a moverse, así que va a decidir empezar por:

a) Investigar en la casa de Jules.
b) Intentar averiguar algo sobre qué miembro del consejo de los Juramentados recibió qué carta.
c) Registra su propia casa de nuevo. ¿Quién dejó la nota?
d) ¿Y si no la reconoció nadie? Recoge un par de cosas y huye de la ciudad.
e) ¿Se os ocurre algo mejor? ¡Comentad!

8 de octubre de 2012

Resultado encuesta ETPA 2-5

La encuesta, más dos votos en comentarios a favor, dicen que intenta saber algo más...


3 de octubre de 2012

Construyendo trincheras y murallas




I dig my hole you build a wall
I dig my hole you build a wall
One day that wall is gonna fall

Gon' build that city on a hill
Gon' build that city on a hill
Some day those tears are gonna spill

So build that wall and build it strong cause
We'll be there before too long

Gon' build that wall up to the sky
Gon' build that wall up to the sky
Some day your bird is gonna fly

Gon' build that wall until it's done
Gon' build that wall until it's done
But now you've got nowhere to run

So build that wall and build it strong cause
We'll be there before too long

25 de septiembre de 2012

ETPA 2 .- Capítulo 5: La reunión

Tomó aire de nuevo y lo dejó salir en un suspiro callado. Empezó a caminar, todo lo silenciosa que pudo.

Las voces se fueron haciendo más y más nítidas a medida que se iba acercando al claro, de manera que las palabras empezaron poco a poco a cobrar sentido.

- ...Cómplices... ... traición... ...peligrosa... ...Jules... ...habría que vigilar...

Se cortaron de golpe, cuando una rama crujió a sus pies. Ni siquiera fue un gran crujido, malditos hechiceros. Solo en ese momento se dio cuenta de que estaba conteniendo el aliento, así que tomó aire y se hizo ver, cuanto antes, maldiciéndose por no haber sido más sigilosa. ¿Estaban hablando de ella? ¿Había oído el nombre de Jules? Si se hubiera quedado escuchando...

Los hechiceros del claro ya habían invocado la magia y en sus manos pudo ver la trama de un considerable número de hechizos de ataque. Alzó las manos, en un gesto de paz, pero reforzó un escudo a su alrededor por si acaso. Era muy fácil deshacerse de un rival o un enemigo en una situación como esa. ¿Quién los iba a culpar luego?

- Llegas tarde.

Asintió. En el claro había doce figuras, ya reunidas. La mayoría eran altos y, por lo que sabía, todos o casi todos eran hombres. Era difícil comprobarlo, sin embargo, embozados como estaban. Todos vestían una larga capa oscura, como la de ella, y cubrían su cabeza con la pesada capucha.

-Me dormí esperando. -Hizo un gesto hacia los árboles. -Lo siento.

Se arrepintió enseguida. Dioses, aún estaba borracha si osaba dar una respuesta así. Notó la mirada de las doce figuras encapuchadas sobre ella y maldijo por lo bajo. Y tanto que lo debía estar, ni siquiera se había puesto la capucha.

Ya no valía la pena ocultarse, pensó. El mal estaba ya hecho. No podía recordar qué dictaba el protocolo al respecto, cuán se podría considerar un insulto, o una amenaza, o...

- ¿Perdón?
-¿Aún estás dormida?

Risas alrededor. Hirientes.

-Disculpad... -Y además le tocaba rebajarse, claro. Si Jules estuviera allí...
-Decía que tenemos una importante misión para ti. -Pausa. -Tienes que encontrar a Jules y traérnoslo. Es un desertor y será juzgado por su traición.
-¿Qué?

Sabía que la estaban observando. Sabía que los doce pares de ojos estaban clavados en ella, analizando cada gesto, escrutando cada cambio en sus facciones. No se preocupó en ocultar nada, estaba demasiado sorprendida.

-¿Jules? ¿Cómo Jules?
-¿Has bebido tanto que ni recuerdas a Jules?

Mierda, mierda... Lo sabían. Sabían todo, sabían lo del ritual y sabían... Dioses, no, tenían que estar equivocados.

-Jules está muerto. Yo lo vi morir. -Puso todo su esfuerzo en evitar que le temblaban las manos.
-Tenemos pruebas fehacientes de que lo que visteis... o lo que decís ver, no era más que una ilusión. Creada para confundirnos.

Buscó con la mirada la figura menuda del mago que los había acompañado aquella vez. No la encontró. Un sudor frío le recorrió la columna y algo grande y pesado se le atascó en el pecho, una angustia que le empezó a arañar por dentro.

-No... No era una ilusión, yo... yo lo comprobé... -Empezó a tartamudear. Notó el zumbido de un par de hebras de magia que empezaban a formarse a su alrededor. Le costaba respirar.
-Dudamos que ninguno estuvierais en condiciones de comprobarlo. No. Se trataba de una ilusión. Y ahora... Tendrás que encontrarlo y entregarlo. ¿Ha quedado claro?


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¿Qué hace ahora nuestra prota? (Por cierto, se aceptan nombres para ella en los comentarios.)

a) Se acojona y acepta el encargo.
b) Lo comprobó. Fijo. Y si Jules fue capaz de burlarla una vez, lo será más. Se niega.
c)  Nadie puede trabajar así. Pregunta e intenta sacar más información al respecto.
d) ¿Alguna otra idea? Como siempre, a comentarios.

Resultado encuesta ETPA 2-4

Pues bien, el público decide y ha decidido...


... que entre en la reunión. Pues allá va...


(Vale, sé que he tardado un poco, pero las cosas se han torcido en muchos aspectos últimamente, y estuve de viaje y tal... Excusas, excusas, vanas excusas...)

23 de agosto de 2012

ETPA 2.- Capítulo 4: El Ritual

Dejó pasar las horas, absorta en recados y coqueteos varios, tratando de olvidarse de la cita de esa madrugada. No quería ir. Mierda.

Cuando vio que poco faltaba para completas, ya oculto el sol, consideró que era hora de empezar el ritual. Aunque esta vez, tendría que hacerlo sola.

No era ningún ritual per se. No tenía nada de mágico, al menos no según los cánones mágicos básicos. No era más que una rutina aprendida, un leitmotiv que Jules había asimilado de su primer compañero entre los juramentados y que le había transmitido a ella como un cínico legado: Los Juramentados eran demasiado secretos, demasiado peligrosos. Jules no les tenía miedo a nada pero aún así les temía. Nadie les cuestionaba nada, nadie les contradecía, nadie se atrevía a mirarlos y mucho menos a negarles nada. Nadie lo suficientemente cuerdo o sobrio, nadie quien aún tuviera apego a la vida.

Jules... Su cordura podía llegar a ser cuestionable. En cuanto al segundo requisito... Antes de cada reunión recorrían los salones y tabernas más concurridos, en una procesión tranquila, catando vinos y cerveza hasta que el mundo se emborronaba lo suficiente. Por eso los respetaban más que a otros peones. Porque tenían suficientes agallas (locura, alcohol) como para debatir una mala idea, como para cuestionar un plan, como para alzar la cabeza hacia ellos sin humillarse. No a negarse, no obstante. Ni siquiera el alcohol les hacía llegar a semejante punto de imprudencia.

Con él, aún sabía...
Intentó borrárselo de la cabeza y consideró que el ritual la ayudaría. Recorrió, barra por barra, la geografía del continente a través de sus caldos y no lo dio por terminado hasta que, saliendo de uno de los locales, tropezó y casi cae.

-Lo que me faltaba ahora...

Se asustó un poco. Ella. ¿Cuánto había bebido? Normalmente era Jules quien marcaba el final, quien más conocía el límite de la prudencia pese a que ésta no fuera su fuerte.

Acudió, pues, al lugar de la cita, pese a que aún no habían llegado a maitines, y una vez allí se sentó bajo un árbol a esperar, cerca del claro donde se celebraría la reunión.

La despertaron varias voces a lo lejos. Se había dormido. ¿Se había dormido? ¿Qué hora era?

Se desperezó y buscó el origen del sonido. Venían del claro: la reunión había empezado. Notaba la electricidad de la magia protectora envolviendo la zona. ¿Cómo es que no la habían localizado?

Se levantó y se sacudió la ropa. Tomó aire para despejarse y sintió que otra oleada de nervios e incertidumbre la envolvía.


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Nuestra protagonista:
a) Toma aire y se presenta en la reunión.
b) Se queda escondida, observando la reunión.
c) Trata de huir.
d) ¿Otra? ¡¡Opinad!!


21 de agosto de 2012

Resultado encuesta ETPA 2-3

Aquí tenéis el resultado de la última encuesta:


Así que realizará el ritual ella solita.
He de avisar que tengo el ordenador algo fastidiado, así que no puedo actualizar con la frecuencia que debiera... Mientras esperáis por el próximo capi... ¿Qué tal si vais pensando un nombre para la prota?

6 de agosto de 2012

67º aniversario de la bomba atómica en Hiroshima

Una noticia de las muchas que se pueden encontrar hoy por la web.

Un enlace a la wikipedia.

Y por último, una canción:



Abrochado el último botón de mi camisa.
Por debajo los galones, por supuesto, ni una arruga.
Último gesto, última mirada al espejo,
compruebo que todo esté impecable y que no haya manchas.
Me giro con seguridad y recojo mi quepis,
cierro el cinturón y salgo del baño.
Mi esposa está allí, hermosa, tumbada en la cama.
Atravieso la habitación y trato de no hacer ruido.
Mi hijo me espera tranquilo tras la puerta,
lo cojo a caballito y lo llevo,
y luego mi hija llega y me sonríe.
Aún es muy temprano, los abrazo, los llevo de vuelta a la cama.
Acabo de salir discretamente de casa:
hoy hace calor, el sol golpea de lleno.
El sargento Kent ya me está esperando
cerca del jeep; tengo que irme enseguida.

Estoy seguro de ser un buen tipo,
un verdadero puritano, un patriota americano.
El estado ha hecho de mí un hombre, no un pelele;
solo me han enseñado a hacer el bien.

Directos al cuartel, agobiado de calor.
Mi rostro está apagado, siento que me tiemblan las manos de miedo.
Pienso en todo esto, en esta situación,
a todo lo que no comprendo; mi conciencia tiene varias preguntas.
Bien, basta de pensar, de reflexionar;
un verdadero teniente de la armada no tiene derecho a equivocarse.

Acabo de llegar, corro a la reunión empapado de sudor.
me cuadro frente a los colores,
saludos a los compañeros, algunas pullas, nos provocamos.
Saludos, como se debe, a los grados de los otros pilotos.
Nos reunimos alrededor del general,
las órdenes son precisas y alto secreto.
Algunas horas después se termina la reunión
y ahora sé cuál es mi papel en la misión.
Me han hablado de patria, de orgullo, de mi tierra,
del deber bien cumplido; y el avión despega.

Estoy seguro de ser un buen tipo...

En el avión, de momento, todo va bien,
no hay tensión, nuestro objetivo aún está lejos.
Estamos cada uno situado correctamente en su lugar,
ni siquiera los ingenieros esperan respuesta.
Últimos ajustes, últimas comprobaciones.
Sobre las nubes, ni el Infierno tiene un lugar.
Todo el mundo está concentrado y se impone el silencio
y sobre mí se enciende el piloto rojo.
Algo de pánico en el aire, electricidad,
se cruzan las miradas unos segundos para acercarse.
El objetivo está cerca y me invade el miedo.
Dentro de mí sé bien lo que va a pasar aquí.
Pienso en mi mujer, en mi familia, desde esta cabina,
y vuelvo a ver como esta mañana  la sonrisa de mi hija.
Luz verde, pulso un botón, ahí está,
acabo de lanzar una bomba sobre Hiroshima.

Estamos seguros de ser buenos tipos,
verdaderos puritanos, patriotas europeos,
el Estado nos ha convertido en hombres, no peleles;
así que en Chechenia no hacemos nada.

ETPA 2.- Capítulo 3: Preparándose

Dejó los pedazos de papel en la entrada. Ya los limpiaría más tarde.

Se volvió a pasear hasta la cocina y se preparó otro desayuno, algo más consistente. Mientras calentaba agua al fuego, se acercó a la habitación para vestirse. Apretó con rabia las tiras de un corpiño ajustado y se embutió en unos pantalones ajustados.

Ya debía haber pasado la hora sexta hacía tiempo, apenas le quedaba medio día para maitines. Y debería salir antes si quería seguir el ritual. Y esa noche necesitaba seguir el ritual.

El agua hervía con fuerza cuando volvió a la cocina, arreglándose el pelo. Añadió dos cucharadas de la infusión y lo alejó del fuego. Pasó la siguiente hora entre sorbos, rebuscando en los cajones en busca de los libros y de algún resto de pergamino que le pudieran quedar.

Apuntó varios hechizos y se deslizó los pedazos de pergamino en el escote, enroscados en un canutillo estrecho. A continuación sacó varias tiras de cuero fino que se enlazó en las manos como protección y enroscó alrededor de sus antebrazos. Repitió lo mismo en sus piernas y enganchó un par de dagas en ellas, cubriéndolas con unas botas altas. En las tiras de los brazos, solo un par de agujas. Se colgó la espada y la misericordia a la cintura, junto con varios saquillos que rellenó de aquello que creyó que podría llegar a necesitar. Adjuntó varios monedas y recitó el hechizo para reforzar el escudo mientras preparaba las trampas en la puerta y las ventanas.

Suspiró, se enderezó, se recolocó el escote y se echó el pelo hacia atrás, revolviéndolo un poco de modo que le diera ese aire algo más salvaje que sabía le favorecía. Se cubrió con la capa y salió con la cabeza alta.

La taberna estaba llena cuando entró. Repasó a los parroquianos con la mirada, sopesando cada una de las posibilidades, pero ninguno le convenció lo suficiente como para perder tiempo con él. Tenía cosas más importantes de las que preocuparse. Comer y aprovechar hasta vísperas para recorrer el mercado. A lo mejor encontraba algo que pudiera ayudarla. Luego aún le quedarían varias horas para completar el ritual y acudir a la cita. Aunque sin Jules, ¿cómo pensaba hacerlo?

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¿Cómo hará el ritual?

a) Sola.
b) Con el primero que encuentre.
c) Buscará a otro viejo amigo.
d) Pasa del ritual y va directamente a la cita.
e) ¿Se os ocurre algo más? ¡Contádmelo!

4 de agosto de 2012

ETPA 2.- 2ª encuesta

Pero qué majos sois, pero cómo os quiero, pero qué malaspécoras podéis llegar a ser...

Me encantan vuestros comentarios y vuestras ideas, pero odio que me hagáis cosas como esta:


Aunque sí, ya sé que a vosotros os divierte horrores...
De todas formas, sumando comentarios y votaciones orales de ciudadanos más anónimos, creo que la mayoría ha elegido que se presente a la cita (con precauciones, con escolta, con extranjeros varios, pero acudir), así que...

Next move.

21 de julio de 2012

ETPA2.- Capítulo 2 - Magia y lacre

El lacre era oscuro, con un dibujo recargado. El pentagrama que rodeaba al escudo de armas le confirmó, cómo no, que pertenecía a un mago.

Odiaba aquellas cosas. Aparte de que estaba-de-vacaciones, se suponía que había protegido la casa con un escudo antes de acostarse. Nada podía entrar mágicamente en la casa, pero aquella carta estaba sobre la mesa y no habían abierto la puerta. ¿O sí? Comprobó las trampas de la cerradura. Intactas. Chasqueó los dedos para formar una pequeña llama pero esta no sólo no se materializó, sino que un chispazo de dolor le azotó la mano. La sacudió con un gemido. El escudo seguía activo, y así seguiría hasta que no lo disolviera con las palabras exactas. Y nadie había sido capaz de burlarlo nunca. Solo Jules y él... y eso ya no era un problema. Ya no más.

Reforzó el escudo con una nueva trama, envió una sonda mágica para recorrer la casa y, mientras actuaba, sacó la nota del sobre. Era un sobre de tela encerada, suave y resistente. Caro. La nota también era de lino. Obscenamente caro. No pudo evitar sonreír de forma felina cuando la palabra acudió a su mente. Obscena. Se recorrió con la mirada y decidió que quizá convendría vestirse en algún momento, pero antes... No conocía a nadie tan adinerado como para malgastar así una pieza de papel de lino. El remitente pretendía llamar su atención, no solo eludiendo sus defensas sino además burlándose de ella con semejante gesto de despilfarro. Abrió la nota. Solo contenía un texto sencillo.

"Has jurado. Laudes."

Mierda. Mierda mierda mierda mierda. Buscó todos los reniegos, insultos y juramentos que conocía, pero su mente se estancó en el primero, usándolo de canalizador de toda su frustración. ¡¡Mierda mierda mierda!!

Apenas había pertenecido un par de años a los Juramentados y había realizado varios trabajos para ellos. Pagaban bien, pero los odiaba. Y siempre con Jules; Jules era el único enlace que tenía con ellos y ahora que no estaba contaba con que la olvidaran, pero no iba a ser tan fácil...

¿Quién más sabía dónde encontrarla? Una terrible duda la asaltó y recorrió la nota con la mirada en busca de algún signo de su compañero. Analizó cada letra, cada trazo, cada fibra... ¿Se parecía esa a una de sus ges? No. Era imposible. Había visto su cuerpo consumirse abatido por la magia. Había esparcido sus cenizas al viento. Decidió descargar su rabia con la nota, reduciéndola a ella también a cenizas. El latigazo de dolor que la envolvió cuando gritó la furia mezclada con el hechizo la hizo maldecir, de nuevo, al escudo mágico. Golpeada por su propia magia. Ridículo.

Rasgó el pliego y lo hizo pedacitos, descargando su ira de un modo más físico. No temía olvidar el mensaje. Era lo suficientemente claro. Los Juramentados solo citaban para el mismo día, la madrugada del día siguiente, como tarde. Siempre se reunían en el mismo sitio. Tenía la hora. No podría olvidarlo aunque quisiera. Y eso si se arriesgaba a quererlo. No se podía jugar con los Juramentados...

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Ahora que sabemos que nuestra prota es mujer y que sabe de magia... ¿Qué hará?

a) Decide ir a la cita esa madrugada.
b) Decide no ir a la cita.
c) Decide buscar más información sobre los Juramentados.
d) Decide volver a la cama y pensárselo luego.
e) ¿Otros? Va venga, en el anterior os lucisteis, a ver qué sale de esta... ¡Comentad!

La carta- Encuesta 1

Vamos allá... Capítulo segundo...
En los comentarios del anterior tenéis las ideas de la gente. Diré que me han encantado y que os adoro. =D


9 de julio de 2012

Capítulo 1. La carta

Se levantó tarde, cuando el sol ya estaba alto en el cielo.
Se deslizó de la cama perezosamente, con los ojos aún legañosos y resistiéndose a abrirlos.
Se desperezó y bostezó, tratando así de deshacerse de los jirones de sueños que aún tenía enredados en el pelo y que se le adherían pegajosos al cuerpo, como un sudor frío.

Se vistió con la misma parsimonia con que se había levantado, se desenredó provisionalmente el pelo con las manos y, aún sin calzarse, fue hasta la cocina y untó un trozo de pan con miel. Regresó con él en la boca y al pasar por la entrada algo llamó su atención. Había una carta en la mesa.

No recordaba haberla visto antes al pasar, pero podría habérsele pasado por alto. Se acercó, aún así, con cautela, como si de un animal salvaje se tratara.

¿Qué hacía aquella carta allí? Estaba de vacaciones. Había advertido que estaba de vacaciones. Esa carta no debería estar allí. Estaba de vacaciones. Quienquiera que la hubiese dejado allí se había metido en un buen lío. ¿Es que nadie conocía el significado de la palabra vacaciones? No pensaba abrirla. No debería abrirla. No quería...

Suspiró, cogió el sobre y el abrecartas que había en la mesa. Tenía forma de una pequeña espada de mano y media, con diminutos brillantes en la empuñadura. Con otro largo suspiro lo rasgó y lo abrió.


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And...

Reconozcámoslo, estoy un poco pez con esta historia y no sé por dónde arrancar porque no tengo ni idea de qué os apetece así que... Elegid, elegid mucho y bien...

Empecemos por el personaje principal. Es un... ¿Hombre? ¿Una mujer? ¿Humano? ¿O es acaso algún tipo de criatura mágica, tipo elfo, hada, leprechaun o similar? (De ser así marcad hombre o mujer también... En el caso de empate, no, no será hermafrodita, elegiré yo lo que quiera. Y comentad qué preferís que sea.)

Y en segundo lugar y como encuesta number two...  ¿Quién manda la misteriosa carta?

a) ¿La agencia de espías en la que trabaja?
b) ¿El INEM?
c) ¿La alta sede de Magia y Hechicería?
d) ¿La mafia rusa?
e) ¿Alguna otra idea más interesante? Comentad comentad comentad... (Rober, si votas por otros, comenta algo, malapécora)

19 de junio de 2012

Mentre tutto scorre - Negramaro





Parla in fretta e non pensar
se quel che dici può far male
perché mai io dovrei
fingere di essere fragile
come tu mi vuoi

(Vuoi) nasconderti in silenzi
mille volte già concessi
tanto poi tu lo sai
riuscirei sempre a convincermi
che tutto scorre

Usami, straziami
strappami l’anima
fai di me quel che vuoi
tanto non cambia
l’idea che ormai ho di te
verde coniglio
dalle mille facce buffe

E dimmi ancora quanto pesa
la tua maschera di cera
tanto poi tu lo sai
si scioglierà come fosse neve al sol
mentre tutto scorre

Usami, straziami
strappami l’anima
fai di me quel che vuoi
tanto non cambia
l’idea che ormai ho di te
verde coniglio
dalle mille facce buffe

Sparami addosso, bersaglio mancato
provaci ancora, è un campo minato
quello che resta del nostro passato
non rinnegarlo, è tempo sprecato
macchie indelebili, coprirle è reato
scagli la pietra chi è senza peccato
scagli la pietra chi è senza peccato
scagliala tu perché ho tutto sbagliato

Usami, straziami
strappami l’anima
fai di me quel che vuoi
tanto non cambia
l’idea che ormai ho di te
verde coniglio
dalle mille facce buffe.

18 de junio de 2012

Siguiente paso

Pues bien, hemos vuelto al punto cero. Se ha terminado la historia nueva así que... ¿Ahora qué?

He oído comentarios por ahí de que os gustó el "Elige tu propia aventura" pero con eso voy a pocos así que... ¿qué más queréis leer? ¿Tenéis alguna opción? ¿Alguna sugerencia? Es vuestro momento de opinar...

Os dejo una encuesta, que sé que os gusta...

¿Qué queréis?

a) Muchos Elige tu propia aventura
b) Más comiditas
c) Trocitos de todo y nada
d) Otra historia ya escrita, que va rápido
e) Poesía
f) Colaboraciones con otra gente "y yo te ayudo" (sin colaboradores, no hay)
g) Otros... Y si le dais a otros, comentáis, leñe... Pulsar otros y reírse no vale, Rober.


16 de junio de 2012

Persiguiendo a Amy 57 .- Leonardo (Último capítulo)

Había apurado la botella con calma, trago a trago, sentado en la cama. No la había soltado siquiera cuando los vapores del caldo francés le habían nublado la mente y se había adormecido. Aún la sujetaba cuando se abrió la puerta y pensó que soñaba las dos figuras que entraban. Sonrió cuando vio a la mujer. Una mujer con la que calentar la cama. Era exactamente lo que necesitaba.

Sin embargo, la voz de Lázaro vino a romper todas sus ilusiones. Más aún sus palabras. ¿Devolverla? ¿Llevarla de nuevo? ¡Que lo colgaran si quería volver a vérselas con el abogado! ¡Y mucho menos borracho como estaba! Si Lázaro no hubiera dicho lo de la recompensa he habría lanzado la botella sin dudar. Prescindir de ella facilitaba las cosas, podía soltarla en su casa, llamar y marchar, evitando todo problema. Renunciar al dinero haría que renunciaran a toda pesquisa, ya de puestos, y eso, tras el incidente de la timba, les beneficiaría. Aún así tenía que intentarlo...

-¿Llevarla? Estoy borracho. Y dormido. Llevadla vos si os place, señor, yo no puedo moverme más por hoy...

-Y que sea ya.

Y por si fuera poco, estaba de mal humor...

Era tarde y la moza era reacia a quedarse en la hacienda. Tuvo casi que arrastrarla hasta allí y luego convencerla con suaves palabras de que volvería. Mañana. A por la recompensa. No lo dudéis. Un suave beso y un par de caricias que dejó que ella adelantara. Cuando llegó de regreso a la taberna, ya el amanecía y sus compañeros no tardarían en bajar. Se habían acostumbrado a ello de un modo casi militar. Se reunían al amanecer, recibían órdenes, y si no eran inmediatas, volvían a dormir mientras pudieran, de modo que ya estaban gastando parte del botín del día anterior en cerveza, pan y algo de carne cuando llegó el bardo con las nuevas de la Revoltosa.

- ¿Amy?

Los hombres se miraron y apenas tuvieron que hablar. Vaciaron sus vasos y en apenas unos minutos ya habían recogido sus escasas pertenencias y estaban listos para partir de nuevo.

-Por el báculo del Papa, ya podían haber esperado un par de días más vuestra zagala, ¿no? Malditas las ganas de echarse de nuevo al camino...

Pero volvieron al camino, como siempre hacían.

-Pezzo di... ¡Si no me habéis dado tiempo de desayunar!

9 de junio de 2012

Cookies sin tilde diacrítica

Hola, soy Lu.
Que el blog se llame Lu vs. the world o que la dirección sea cosas-de-lu seguro que ya lo había dejado claro, pero por si acaso: Hola, soy Lu.
Así, sin tilde. Porque es monosílabo y los monosílabos solo llevan tilde si es una tilde diacrítica. Y no lo es, porque no hay de qué diferenciarme.
Hay quien dirá... ¿Cómo no? ¡De las galletas Lu!

Pues... en el insti/facultad, había quien me llamaba Cookie precisamente por eso así que... No. No llevo tilde. Que quede claro.
Lu, sin tilde.

¿Y todo este preámbulo para qué? Pues porque os voy a poner la receta de las cookies. De modo que... Allons-y!!



¿Qué le vamos a echar?


- 1 huevo
- 2 cucharadas de leche
- 1 pellizco de sal
- 200g. de azúcar
- 150g. de mantequilla
- 400g. de harina
- 1/2 cucharada de levadura
- Perlas de chocolate o chocolate para postres en trozos

¿Y cómo lo vamos a hacer?


Para empezar, ponemos el horno a precalentar a 150º, porque la masa se hace en un momento.

En un bol grande, batimos el huevo, la leche y la sal. Añadimos el azúcar y seguimos.

Mezclamos todo esto con la mantequilla derretida y a continuación añadimos la harina y la levadura y mezclamos hasta que quede una masa como puré espeso (vamos añadiendo harina hasta que así sea, puede que necesite algo más o algo menos, según el huevo y todo eso...)

Por último, agregamos las perlas o trocitos de chocolate y mezclamos bien. Hacemos las galletas sobre la fuente del horno (yo pongo un albal espolvoreado de harina en el medio, para no mancharla y que no se peguen... pero allá cada uno y su conciencia) y se llevan al horno durante más o menos 15 minutos a 170º.

Sacamos, dejamos enfriar, comemos.
Fin.

¡Que aproveche!

8 de junio de 2012

Persiguiendo a Amy 56 .- Lázaro

Cuando llegaron a la taberna encontraron de nuevo sentados en la taberna. Volvían a ser solo dos, pero al menos Servando era uno de ellos.

-¿Salvatore y Leonardo? 

-El bardo dijo que no lo esperáramos despierto. -Servando se rió y se pasó la mano por la calva, luego miró a la joven de reojo. -Y tu her... digo... Leo agarró una francesa y se fue a la habitación a dormir con ella. -Señaló escaleras arriba. -Nos dieron dos, las dos del fondo. Está en la última.  

Lázaro miró de reojo a la moza. Había apretado los dientes y se le habían subido los colores a la cara. Imaginaba perfectamente a qué se refería el hombre, así que tiró del brazo de la zagala escaleras arriba, sin permitirle quejarse. Llegó a la puerta y entró sin llamar. 

Su hermano estaba allí, tumbado boca abajo en la cama, aún sujetando el cuello de la francesa. Una botella del vino francés al que tanto se había acostumbrado en sus épocas de falso noble. Alzó la mirada al ruido de la puerta. En un principio pareció sorprendido ante la mujer, pero enseguida sonrió cuando la reconoció. Maldita fuera su estampa. 

Lo vio sonreír y en lo primero en que pensó fue en partirle la cara. Conocía demasiado bien esa sonrisa y sabía que en la mayoría de los casos solo significaba una cosa: problemas.

Mostraba durante apenas un segundo esa dentadura perfecta que ni los años ni las peleas ni la mala vida habían logrado perjudicar, y luego juntaba los labios en ese gesto que retenía todas sus emociones en una media sonrisa pícara, retadora. Le hacía parecer un ángel encantador, lleno de vida, alegría y bondad a quien uno bien querría entregar alma y vida sin reservas… hasta que el brillo de sus ojos, esos cristales castaños que achinaba ligeramente al sonreír indicaban que, de ser un ángel, bien seguro era uno de aquellos que habían seguido al Maligno en su caída.

Y no era maldad lo que brillaba en sus ojos solo… solo eso. Problemas.

Su sonrisa te pedía el alma y ya había visto a muchas mujeres regalársela. Clamaba por tu vida y más de un hombre la había dejado a sus pies. Y él, sin reservas, cobraba sus rentas en el amor y con el acero sin dudarlo, sin reservas. Así el Altísimo lo confundiera. 

Pero esta vez no podía consentirlo. 

-Llévala a su casa. Y no quiero volver a verla. Aunque tengamos que renunciar a esa recompensa, voto a tal que los problemas que nos está buscando no la compensan. 

6 de junio de 2012

Premios Lobster... Lannister... ¡Liebster!

Esta mañana me desperté y, así un poco por inercia, conecté internet en el móvil a ver qué se cocía. Y tenía un mail, un aviso de comentario en el blog, en el que decía que me han dado un premio Liebster.

Me han dado un premio Liebster. ¡Me han dado un premio Liebster! ¡¡Me han dado un premio Liebster!!
¿Que qué es eso de un premio Liebster? Pues... ¿Y yo qué sé? Pero es un premio y los premios molan, ¿no?



Bueno, yo qué sabía, porque los chicos de El Palacio de los Sueños (que son, ahora mismo, mis mejorcísimos amigos del mundo mundial por darme un premio) lo explican perfectamente en su blog, así que directamente voy a copypastear.

¿Qué son los premios Liebster?
Son una iniciativa destinada a promocionar pequeños blogs, en cuanto al número de visitas se refiere, a través de una cadena de premios simbólicos que los propios bloggers otorgan. Es decir, cada blogger que recibe el premio en reconocimiento a su blog debe, a su vez, otorgar u nombramiento igual a otros cinco blogs de su elección.

Sólo debe cumplir unas simples normas:
1. Copiar y pegar el premio en el blog enlazándolo con el blogger que te lo ha otorgado.
2. Premiar a tus cinco blogs favoritos con la condición de que tengan menos de 200 seguidores y dejarles un comentario en sus entradas para notificarles que han ganado el premio.
3. Confiar en que continúen la cadena premiando a su vez a sus cinco blogs preferidos.


No tengo muy claro si se puede devolver el premio, porque la verdad, El Palacio es uno de los blogs que más leo y visito (aunque reconozco que me gustaba más su antigua faceta de historias...) Pero dado que se supone que es para promocinar nuevos blogs, os lo recomendaré encarecidamente y entregaré otros 5 premios.

Let's go!!

1.- El vecino del 4º .- No tengo muy claro cuantos seguidores tiene el Vecino, así que no sé si entra entre los posibles participantes. Pero en realidad, no me importa lo más mínimo. Se merece que le de este premio más que nadie. El vecino me animó a escribir, me alentó y me "obligó" como pocas personas y no solo eso: también me regaló la luna. A mí y a tantos otros. Entre tazas de té y canela, cada uno de sus posts me pone los pelos de punta, me hace llorar o me llega al alma como pocos textos. Si tengo que elegir uno solo de sus textos, mi egocentrismo me obliga a elegir este: Carmín... Gracias, vecino.

2.- La libreta de Nan .- "Como personajes de pueblacho de Maine de libro de Stephen King"... Los personajes de Nan se cuelan uno a uno en sus letras con pequeños retazos que siempre, siempre me dejan con ganas de saber más, de querer leer más. De encontrarlos de nuevo. De momento tiene poquitos posts, pero ya tendrá más... Si no, no entraremos a darle de comer a los peces y morirán, y no queremos que eso pase, ¿verdad? ¿A que postearás más? ¿A que sí? Las buganvillas es uno de los posts que más me gustaron. Y la chica del jersey azul. Y su gato. ¡Si hasta tiene un gato!

3.- Mirando al Mar .- Que sea mi padre es motivo más que suficiente, ¿no? Pues por si no lo fuera, además, su blog está lleno de curiosidades, puntadas de cultura y anécdotas interesantes. En concreto, me pareció fascinante la historia de Óscar. (Y no, tener posts sobre gatos no es el único requisito para que de este premio...)

4.- Bitácora Maldito .- Bit es muy bruta. Bit no tiene pelos en la lengua. Bit maldice y blasfema sobre todo y sobre todos. Igual soy muy cruel, pero la mayoría de las veces acaba arrancándome una sonrisa. O haciéndome llorar... Me encantan sus anécdotas laborales, en su Diario de una dependienta en apuros.

5.- MiniAerotrastornados .- Es un blog para amantes de los aviones. Es un blog infantil. Está lleno de cuentos, manualidades, cariño, aviones y la magia del vuelo. Es, sencillamente, adorable. Y, dado que todo gira sobre las ansias de volar, tienen un post con la historia del Kiwi, que siempre fue uno de mis cortos preferidos: Cuando siempre has querido volar, haces lo imposible por lograrlo.

Y más blogs que me dejo y que se los merecen... Muchas gracias a todos.

5 de junio de 2012

Persiguiendo a Amy 55 .- Salvatore



Salvatore remató con disgusto al desdichado arrodillado a sus pies, limpiando el filo de su daga con su pañuelo antes de envainarla. Siguió a los demás escaleras arriba hasta abandonar aquel antro, y miró al cielo. Aún era noche cerrada, tenía tiempo. Sonrió.

- Caballeros... -hizo una reverencia, quitándose el sombrero, como si fuesen señores- ¡no me busquéis hasta por la mañana! ¡Nos veremos en la taberna de antes! -apuntilló ya desde lejos, perdiéndose tras la esquina de una callejuela.

Tenía buen sentido de la orientación, en unos minutos había llegado, escurridizo como una sombra, hasta la casa de la amiguita de Leonardo. Las contraventanas de la habitación de la criada no estaban cerradas, así que se aventuró a lanzar un guijarro contra el cristal, escondiéndose después entre las sombras del callejón, al acecho. No había pasado ni un minuto cuando las ventanas se abrían, asomando la cabeza de la joven. Salvatore sonrió, era evidente que la muchacha lo estaba esperando, y su sonrisa se ensanchó cuando le dijo que su señora no estaba en la casa. Antes de que terminara la frase Salvatore había trepado al balcón con la agilidad de un felino, y se colaba por la ventana.

La muchacha era pequeña y algo flaca para su gusto, pero tenía unos ojos bonitos y una sonrisa dulce. No le costaría demasiado seducirla, aquel brillo en los ojos ya la delataba, pero aún así sacó su laúd y, arrodillándose ante ella le cantó muy bajito una mentira que ella, arrobada de gozo, quiso creerse, y alabó sus oídos de criada con palabras que merecería una princesa... Porque tenía debilidad por aquellas pobres muchachas cuya juventud se marchitaría fregando, o cocinando, o barriendo, o en las más brutas tareas, y que probablemente se entregarían a otros más bárbaros que no se tomarían la molestia de cortejarlas. De modo que cantó para ella con su mejor voz:

Desd´el día que miraron mis ojos vuestra presencia,
de tal forma se mudaron, que no consiente ausencia.

Vuestros amores é, señora, vuestros amores é...

Tengo siempre el pensamiento en servir i contentaros,
que vuestro mereçimiento jamás me dexa olvidaros.

Vuestros amores é, señora, vuestros amores é...

Es vuestra gentil figura tan perfeta y acabada
que con gracia y ermosura teneis mi vida rrobada

Vuestros amores é, señora, vuestros amores é...

Pues quiso mi ventura que de vos fuese cativo,
dadme vida sin tristura, pues por vos muriendo bivo.

Vuestros amores é, señora, vuestros amores é...


No hizo falta mucho más para que la pobre se rindiera a los encantos del bardo, aquellas eran conquistas con poco riesgo y poco mérito, pero se entregaban casi con candor, y eso le hacía sentirse algo incómodo cuando abandonaba el cuarto a hurtadillas, en la madrugada. No pudo resistirse a darle un beso antes de salir de nuevo a la noche, creyéndola profundamente dormida. Mas la chica despertó, y al verlo vestido, unas lágrimas silenciosas acudieron a sus ojos. No parecía extrañada, sólo triste. Lamentó no haberse ido antes. Y cuando buscaba desesperadamente algo que decir, fue ella la que habló:

- Es por esa tal Amelia a la que buscáis, ¿no? ¿vos también la amáis, no es así? A fe que es bella... -hipó, secándose las lágrimas con la sábana.

Salvatore se acercó y la cogió por las muñecas, mirándola a los ojos:

- ¿Habéis visto a Amelia? ¿está aquí?

-La mujer forastera de los ojos verdes y larga melena... -la chica, algo asustada, desistió de la escena de celos, y contestó a las preguntas con la mansedumbre de años de servir- Esas... mujeres siempre llaman la atención allá por donde pasan. La vi hace dos o tres días en el mercado, compraba comida para marchar hacia la capital. Iba vestida con un peto de cuero, como un hombre, y llevaba una espada corta, como los demás hombres con los que iba.

- ¿Un peto de cuero? ¿como los de los soldados? ¿eran soldados? ¡vamos, cuéntame! -le dijo, con cierta urgencia.

- Esa... esa impresión me dio, mercenarios que marchaban a la capital, como muchos otros han hecho desde que empezaron los conflictos...

- Grazie mille, cara...

La muchacha aún lloraba cuando la besó por última vez y salió por la ventana. Aún no había amanecido, pero tenía que correr a la posada y despertar a Leonardo y los demás. Tal vez la Revoltosa estuviera en grave peligro.

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(Salvatore por Sherezade)

1 de junio de 2012

Persiguiendo a Amy 54.- Lázaro


-¡Señor! Parad, os lo ruego...

Y por la misa que no era otra su intención... Echándose a un lado apoyó la espalda y la cabeza contra el muro más cercano, mientras Hernán se enfrentaba al último hombre.

-Sé que me arrepentiré de esto, Hernán, pero déjalo con vida. Por lo visto tiene quien se preocupe por él...

Observó la figura estática que los observaba envuelta en la oscuridad y no pudo reprimir un gemido preocupado, más cuando Hernán ni siquiera se había percatado de su presencia. El tiempo que había pasado con los monjes no le había lavado del alma las supersticiones que le habían inculcado de pequeño las mujeres de la casa donde "trabajaba" su madre: el hecho de que el timbre de la voz no se le antojara del todo extraño, no le quitó esa sensación amarga. La Dama Negra que llegaba al final, siempre al final, para acompañarte hasta la otra orilla, junto al Altísimo. La Gran Meretriz, que decían las rameras, compañeras de su madre, con la que al final, todos nos acostamos.

Los monjes decían que no eran más que leyendas estúpidas, que la muerte no era más que un proceso por el que el alma viajaba junto al Señor, no una dama... pero él no podía dejar de imaginarla así, con el rostro cubierto por los velos oscuros y esos labios capaces de llevarte al otro mundo con un simple roce...

-No lo mates, pero tampoco seas demasiado blando... No tengo ganas de volver a cruzármelo mientras estemos en Huesca. Y vos no os preocupéis, señora. Dejaremos a vuestros compañeros con vida... Lo intentaremos, al menos.

Torció la boca en su sonrisa más amarga y, apoyándose en el arma, recogió el atado con el hábito del suelo.

Mientras tanto, Hernán había sacado una botella de debajo de la capa y le daba largos tragos, entrecerrando los ojos con deleite.

- Tienes mal aspecto… ¿Te apetece un trago? ¡Delicioso! Estos curas se lo montan bien con el tema del alcohol… Por cierto, deberías esquivar las espadas antes de que te corten...

- ¿Esquivarlas? Que te aspen, Hernán... ¡Maldita sea! Casi nos matan por una botella de vino... Casi me matan, al menos.

Pero no pudo evitar reírse. Ese tipo alto siempre lo sorprendía... Se volvió para analizar fríamente, ahora que su vida no estaba en juego, a la sombra del callejón.

Así ardiera en el infierno si no la conocía. Era la damisela en apuros. No era otra que la muchacha del camino. El Altísimo la confundiera, no les iba a traer más que problemas. En mala hora habían aceptado llevarla con ellos...

- ¿No deberíais estar ya en vuestra cama? No creo que este sea lugar para una dama como vos... ¿Y qué tenéis que ver con esta... escoria?

Sonrió ante el apelativo. No eran más escoria que ellos mismos. La joven en cambio, no parecía preocuparse ahora lo más mínimo por los individuos heridos. Los miraba, en cambio, entre preocupada y asustada, alternando la vista entre él y Hernán, y apenas tartamudeó un par de palabras. Una de ellas, el nombre de su hermano. El muy hijo de... Volvió a sonreír. Sí, esa era la expresión exacta.

Decidió que, antes de nada, lo importante era sacarse del medio, evitar una posible guardia, y llevar a la moza a un lugar seguro ¿Qué lugar seguro podían encontrar en Huesca? ¿En una ciudad que no conocían? Decidió que lo mejor sería no perderla de vista y buscar a los demás. Había dejado a los otros en la taberna y allí los encontraría, casi seguro.

Agarró a la joven del brazo y le hizo un gesto a su compañero.

-Vamos, con suerte encontraremos en la taberna a vuestros dos amorcitos. Al menos, Hernán, seguro que al tuyo sí...

30 de mayo de 2012

Persiguiendo a Amy 53.- María de Quintana


A pesar de todo lo acontecido ese día, María no podía dormir. Estaba cansada, pero aún demasiado agitada y nerviosa como para permanecer en la cama dando vueltas. Se levantó sin hacer ruido, se vistió como pudo, pues no estaba acostumbrada a hacerlo sin ayuda de su criada, se puso una gruesa capa de lana y salió de la habitación con sigilo. La casa estaba oscura y en silencio, pero la luna iluminaba sus pasos. Llegó a la puerta de las cocinas, que daba a un pequeño patio, cruzó la verja y salió de allí.

En la calle hacía frío, tanto que María se quedó parada largo rato hasta acostumbrarse a la temperatura. Caminó sin rumbo, sintiendo el frío en su rostro. Necesitaba serenarse, calmarse, y olvidar la mirada dura y fría de Leo. El sonido de unos aceros chocando entre sí, la hizo dejar de lado sus pensamientos y prestar atención de dónde estaba. Se vió sola, en una calle oscura y apartada, perdida. Y ante sí, dos hombres luchaban, otro en guardia no les quitaba ojo, y dos más se retorcían en el suelo. Rezó por que no la hubieran visto, pero cuando se iba a girar para volver corriendo a casa, reconoció a uno de los hombres y su corazón se le encogió en el pecho.

- ¡Señor! - no se movió ni un centímetro, pero deseaba salir corriendo el dirección al hombre. No era capaz de reconocer los rostros de los otros cuatro hombres, pero temía que Leo estuviera allí y fuera uno de los heridos - Parad, os lo ruego.

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(María por Xie)

28 de mayo de 2012

Persiguiendo a Amy 52.- Leonardo


Fue una batalla rápida, sentenciada prácticamente desde el primer encontronazo. No les costó dominar la situación. Salvatore era rápido, Conrado, implacable y Servando, grande. En cuanto a él, hacía buen uso de sus lecciones de esgrima. Era grandioso lo que se podía llegar a hacer con un buen maestro. Y aunque muchos podrían pensar lo contrario, la Compañía de Teatro a quien su madre había encargado su educación estaba llena de buenos maestros. ¿Quién iba a haberlo educado mejor? Los de la farándula le habían enseñado todos los usos y costumbres de los nobles hasta el hecho de pasar por uno mejor que los propios descendientes de las más antiguas familias. A fin de cuentas, vivían de ello. No podían cometer el menor error. Y en la esgrima era exactamente lo mismo. Leonardo aprendió las mejores coreografías, las mejores estocadas, las mejores defensas, de un simple actor.

Pero los había aprendido bien. Apenas lucía un par de cicatrices fruto del acero, y una se la había causado Amelia, así que no podía contarla... La revoltosa había destilado la sangre de ramera y mercenario en una mezcla insidiosa y encantadoramente letal... Y de todas formas él no sabía alzar las armas contra su hermana.

Pero contra esos impresentables, no tenía el más mínimo remordimiento. Llegó el último a la fiesta, pero enseguida se avino a ella, esquivando mesas y sillas, tiñendo su arma de escarlata. Pronto los jugadores perdían la partida e imploraban piedad sollozando como niños de cuna. Escoria entre la escoria, perfecto.

Leonardo paladeaba el placer de la victoria, cuando notó las miradas de sus tres compañeros clavadas en él. Sorprendido, se recorrió el cuerpo con la mirada, pero no encontró motivo para tal expectación. Luego cayó en la cuenta. ¿Pero qué se creían, que era Lázaro?

-Vaya... ¿Qué queréis que os diga? No podemos dejar que se vayan de la lengua, pero...

No llegó a terminar la frase. Conrado ya había clavado su espada en la garganta del hombre más cercano, que murió con un gorgoteo húmedo por toda queja. Lucía una sonrisa que habría dotado a su rostro de una belleza y dulzura que no podía menos que helar la sangre del mismo diablo. Conrado solo sonreía así cuando la muerte servía a sus manos.

-Bueno, sea. Muertos no hablarán, y aquí tardarán en encontrarlos.

Dio un paso hacia la puerta, hundiendo su acero en el pecho de uno de los truhanes, que luchaba por ganar la salida.

-Que no escape ninguno o estaremos en un lío mayor...

Tuvo que gritar, para ser oído. El puñado de hombres se alzaron y retomaron su lucha en un intento desesperado por mantener su alma unida al cuerpo, llenando el aire viciado de la sala de aullidos de rabia desconsolada, la tortura de la muerte anunciada, mordiendo su cuerpo en manos de un grupo de canallas como ellos...

Las armas volvieron a brillar y a bailar en el cuartucho, y para cuando el dolor se silenció, Leonardo se agachó y recogió varias monedas de una bolsa.

-Dejad las armas y parte del dinero. Sí. El dinero. Dejadlo.

Sus compañeros le miraron como si estuviera loco. Pudo ver, incluso, un brillo peligroso en la mirada de alguno que casi le hizo desdecirse, pero ¡que diablos! si habían decidido obedecerle, que fueran consecuentes o por la misa que él seguía sabiendo pelear...

-Coged una parte y dejad el resto a la vista. Y si les quitáis algo, que no se note que los han desvalijado. Cuando los encuentren, porque seguramente los encontrarán, pensarán que se han matado los unos a los otros por una mala partida. Y eso ha sido. Su última mala partida.

Sonrió, con esa sonrisa retadora, pícara, que hacía perder la cabeza a muchas mujeres y que desquiciaba a los hombres hasta el punto en que había desnudado aceros y damas solo por ella.

-Y vámonos cuanto antes. Estoy harto de esto y necesito una copa. Vosotros, desgraciados, ya habéis bebido bastante -se echó a reír- y a mí entre la moza y vuestras correrías, no me habéis dejado probar ni una gota...

25 de mayo de 2012

Persiguiendo a Amy 51.- Salvatore


Por fin, en aquel tugurio oscense la jarana había comenzado. Salvatore sonrió. Su cuerpo perdió la rigidez, los pies se adelantaban y volvían a su posición secundando cada estocada, su mano libre se movía para equilibrar el torso. En cierto modo, la lucha tenía algo de danza. Y Salvatore era un buen bailarín.

Lo repentino del combate y la entrada de Conrado y Leonardo pronto inclinó la balanza hacia el bando de los forasteros. Los escurridizos tahúres imploraban clemencia ante los ojos furibundos de Servando. Los matones presentaban resistencia en silencio. Un navajazo certero a punto estuvo de rajar la cara del bardo.

- ¡Ma, figlio di...! ¡Nel viso!

Arremetió con lances ágiles y prestos que hicieron retroceder a su rival. Su daga no era grande, pero en un par de ocasiones se hundió en la carne levemente, lo bastante para teñirse de rojo. Si le hubiese marcado la cara, Salvatore lo hubiese degollado sin dudar.

Miró a su alrededor, y vio que la pelea había terminado, los últimos que se resistían miraban resignados al acero a pocos palmos de su cara, desde el suelo. Los tres miraban a Leonardo sin envainar sus armas. Un movimiento afirmativo de su cabeza, y aquellos pobres diablos no verían amanecer. Eso sí, pasase lo que pasase, pensaba recuperar sus monedas y llevarse además todas las de aquellos maleantes. No parecían del tipo de gente que acude a la guardia a dar parte del suceso. Es más, no parecían del tipo de gente que quisiera estar a cien yardas de la guardia. Salvatore pensó que igualmente, después de aquello no podrían quedarse mucho más tiempo en Huesca, podría ser peligroso. Y a fin de cuentas, allí no habían encontrado ni rastro de la Revoltosa…

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(Salvatore by Sherezade.)

23 de mayo de 2012

Persiguiendo a Amy 50.- Leonardo


Llamaron a la puerta y se echaron a un lado. Si abrían, no los pillarían delante. Tampoco los podrían ver bien.

-¿Santo y seña?

Leonardo miró a Conrado que se encogió de hombros. ¿Pero qué santo y seña ni que... ? El hombrecillo de la puerta se impacientaba, Leonardo podía sentirlo.

-¡Santo y seña!

Leonardo se encogió él también de hombros. Si había que entrar, había que entrar.

-¡Abran paso a la guardia!

Pudo notar el desconcierto del hombre del otro lado de la madera que cerraba la casucha. De todas formas no duró mucho.

-¿Qué estúpido truco pretenden? Por aquí la guardia...

Leonardo se quedó sin saber qué hacía la guardia por esos lares. Se oyó un estruendo apagado, allá dentro, y un juramento por parte del guardia. Lo oyeron alejarse de la puerta corriendo.

-Maldita sea su estampa... ¿Vamos?

Conrado asintió. Se alejaron unos pasos de la puerta y cargaron contra ella, los dos a una. La madera resonó con fuerza, pero apenas tembló. Dentro el ruido era mayor. Volvieron a embestir la puerta. Esta vez se combó un poco. Leonardo se frotó el hombro dolorido.

-Caerá como me llamo Leonardo Medina...

Y cayó. Al cuarto golpe, la puerta se soltó de sus goznes y Leonardo cayó con ella junto al comienzo de las escaleras. Ahora le llegaba mucho mejor el ruido de la lucha. Conrado ya bajaba los escalones. Se levantó y lo siguió, sacando la espada que había ocultado a su espalda.

21 de mayo de 2012

Persiguiendo a Amy 49.-Lázaro


¿Tumbado? ¿Pero había bebido o qué diantres...? No, no lo suficiente, igual... Tal vez ahí estaba el problema...

La defensa de Hernán le permitió volver a ponerse en pie, aunque la herida le escocía como el mismísimo diablo. Por un momento pensó en dejar a su compañero a cargo de la situación, pero Hernán apenas se dedicaba a defender, basándose en cierto código estricto de honor y zarandajas varias que solo él y el Altísimo conocían.

Aprovechó, pues, que el tipo de cara de caballo atacaba de nuevo para tirar a fondo desde debajo del brazo de su compañero. El acero se deslizó suave entre dos costillas, apenas sin oponer resistencia. El muy cretino ni siquiera iba vestido para luchar... ¿Quién se creían que eran, dos turistas idiotas?

Se vio tentando de soltar el arma, pero el moreno ya estaba en pie y atacaba a Hernán. Dio un tirón seco para liberar la espada de su nueva vaina de carne humana. El hombre de rostro equino había gritado cuando se la clavó, pero ahora apenas gimió mientras caía. Mala herida. El Altísimo lo acogiera en su gloria... o no... Eso ya no era cosa suya, ya bastante había hecho dándole el pasaje al otro mundo...

-No te preocupes por mí, Hernán... Ese es todo tuyo... Sangre para calentar tu otra espada. Con un alma robada, para mí ya es suficiente por hoy...

Se mantuvo, no obstante, espada en alto, a la defensiva, sin perder de vista al moribundo ni al otro, que se retorcía intentando desclavar su mano de la tierra. Maldecía, y junto a los jadeos del moreno en su lucha contra Hernán, los chasquidos de los aceros al encontrarse y los gemidos agónicos del otro, la guerra parecía haber vuelto a aquel perdido callejón. Lázaro sonrió.

Luego volvió la vista al hombre del suelo. En minutos iba a ser cadáver... Otro cadáver más. Le dedicó su sonrisa más amarga mientras le susurraba, más para sí mismo que para el futuro difunto.

-Si hubiera aguantado un par de meses más en el monasterio, te habría podido dar la extrema unción, hermano... Ahora... Ahora nos vemos en el infierno. Pax Vobiscum...

18 de mayo de 2012

Persiguiendo a Amy 48.-Hernán


Tras escuchar las palabras de Lázaro no pudo evitar que se le escapará un suspiro mientras miraba al su rival, temeroso, en el suelo. No sabía lo que hacer y las palabras dichas solo le habían suscitado más dudas. Si hubiera sido una batalla justa le habría matado sin dudarlo un segundo.

- Supongo que me siento generoso - Dijo el hombre quitándole la espada de la garganta - no temas, no te mataré, todavía. Pero no dejare que vuelvas a unirte a la batalla - Continuo diciendo - así que mejor que cierres los ojos, dolerá.

Unos segundos después de decirlo el acero del hombre atravesó la mano de su rival, así no podría empuñar una arma con esa mano. Su rival no pudo reprimir un grito del dolor, pero debía dar gracias de conservar la vida.

- Por desgracia para ti, no me fio lo suficiente de tu otra mano - Dijo Hernán mientras retiraba la mano de la empuñadura - Así que conservaremos clavada la espada ¿Te parece bien? Volveré a buscar la espada, solo espera ahí quietecito.


Aprovechó el momento de tranquilidad para sacar la botella a la luz y observar que estaba intacta. “Menos mal” pensó el hombre alto. Volvió a ocultar la botella bajo la capa mientras su mirada ahora se centraba en la pelea de Lázaro. No le iba tan mal, seguía todavía vivo contra dos oponentes. ¿Acaso los hermanos Medina no le dejarían de sorprenderle?

- Bueno habrá que ayudarle - Dijo Hernán desenvainando la otra espada de su funda - aunque ya no recuerdo si ha pedido ayuda…

Por suerte se decidió ir a ayudarle justo a tiempo, antes de que cayera al suelo, dirigiéndose hacia Lázaro casi corriendo.

- ¡¡Hernán!!

Le llamó Lázaro, parecía angustiado por la situación.

- ¿Qué haces tumbado? – Dijo Hernán apareciendo justo a tiempo y parando la espada del rival - ¿Tomándote un descanso? ¡Te parecerá bonito! Mientras yo sufriendo sin beber de la botella… digo… sin beber desde la taberna…

Hernán se fijó el ahora su adversario, ¿o seguía siendo el de Lázaro?, que había retrocedido unos pasos al ver que las cosas se complicaban. No le podía quitar el rival a Lázaro, cada uno tiene que encargarse de sus contrincantes. Así que haciendo caso a su yo interior, el hombre alto se quedó a la defensiva mientras el señorito se decidía a levantarse.

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(Hernán, a manos de Alexsparda.)

16 de mayo de 2012

Persiguiendo a Amy 47.- Lázaro


Lázaro esquivó otro golpe del aragonés de cara de caballo y retrocedió un par de pasos. El moreno parecía intentar levantarse de nuevo.

-¿Y yo qué sé? ¿Podrías matarle o darle una patada o algo y ayudarme un poco? Esto duele y el tipo este… -Paró otro golpe. ¡Así el Altísimo lo confunda!

La siguiente estocada del enemigo volvió a pasarle demasiado cerca. No le gustaba hablar mientras luchaba. Lo desconcentraba. Esquiva otro ataque, parada en tercera y otro paso atrás. Estaba retrocediendo demasiado. Demasiado…

¿Cómo era aquella estocada que le había intentado enseñar Leo? Para empezar tenía que tratar de ganarle los tercios del arma a su adversario, haciéndole parar sus ataques con la parte más cercana a la empuñadura. Parar en cuarta y luego... Pero el moreno se alzaba, sujetándose la herida y Lázaro retrocedió otro paso más, tropezando. Paró la siguiente estocada ya desde el suelo.

-¡¡Hernán!!

14 de mayo de 2012

Persiguiendo a Amy 46.-Hernán


- Me ha tocado el enano… - Murmuraba Hernán mientras echaba un pequeño vistazo a la pelea de Lázaro - Que suerte tienen algunos… Este seguro que me rompe la botella al no poder atacarme más arriba…

Le encantaba quejarse en cada batalla, fuera por lo que fuese, siendo básicamente su forma de mantenerse centrado en el rival. Aunque su rival no estaba dispuesto a dejarle quejarse en demasía, atacándolo con movimientos rápidos mientras perjuraba a no sé quien sobre que iba a hacer no se qué.

- Encima me ha tocado hablador, - Seguía murmurando - por lo menos, podría aprenderse algunas frases diferentes…

Hernán iba parando los golpes como podía mientras buscaba el momento idóneo para esquivarlo y contraatacar de forma certera. Para ello, el hombre memorizaba los movimientos del rival para poder anticiparse. Aunque parecía que el ya apodado por Hernán como “enano hablador” no repetía golpes.

- ¿Izquierda? - Hernán miró a su rival y según los gestos parecía que esa era la dirección - No, al final es derecha…

El hombre alto esquivó el último golpe a duras penas consiguiendo salvar la botella del filo. Sin darle un segundo de respiro, su rival, volvía a la carga, ahora por el costado. Por suerte el juego de pies del hombre alto estaba a la altura de la velocidad de esos ataques pudiendo volver a esquivar el ataque poniéndose de cara al acero y echándose hacia la izquierda.

- Ahora cambia las tornas - El hombre alto aprovechó el fallo del rival para emprender su ataque - es hora de contraatacar...

Hernán dio un paso hacia adelante alzando la espada y descargándola hacia abajo en un golpe poderoso que a duras penas pudo pararlo el enano con su acero. Era su turno así que ahora la felicidad era extrema. El rival retrocedió unos pasos, cosa que hacían todos pero era algo ilógico, ya que concedían a Hernán volver a preparar otro golpe.

Mientras lanzaba el segundo golpe esta vez en horizontal pudo escuchar a Lázaro preguntarle qué hacía.

El hombre se encogió de hombros mientras veía su acero esquivado, cosa esperada, y emprendía ahora un golpe hacia el costado.

- ¿Luchar, no? – Disimulaba el hombre mientras observaba que su espada impactaba contra la del rival, haciéndole a este ultimo perder el equilibrio y caer al suelo - Ah, es por lo del brazo… Es que… Tengo frío, Lázaro, ya sabes que luchar a estas alturas de la estación y a estas horas hiela hasta la mismísima sangre.

Hernán suspiró al ver a su rival en el suelo y la espada, que instantes antes había buscado con ansia su carne, a sus pies. No podía negar que le habría gustado que su rival volviera a coger la espada, pero no podía dejarle hacerlo.

El hombre alto plantó una de sus botas sobre el acero para que no lo pudiera levantar su rival.

- En fin… Cuando empezaba a divertirme… - Dijo con desolación mientras le ponía la otra de sus botas en el peto de la armadura y la espada en la garganta- ¿Qué hago con este Lázaro?

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(Hernán por Alexsparda.)

12 de mayo de 2012

12 de mayo

Como todos los 12 de mayo, día de la fibromialgia, aquí os dejo algunos enlaces para saber un poquito más.

Esta vez os dejo el enlace de la de la Confederación Nacional de la Fibromialgia y la Fatiga Crónica, el de Afibropo, que es la asociación en Pontevedra, y un enlace a un artículo de la Revista de la Sociedad Española del Dolor.

Como seguro que hacéis pocos clicks, aquí os queda, como resumen, el del artículo:




La fibromialgia es una patología crónica y compleja que provoca dolor muscular generalizado que puede llegar a ser invalidante, asociado a mal descanso nocturno y fatigabilidad, y que afecta a las esferas biológica, psicológica y social de los pacientes.
Además su elevada prevalencia hace de ella un problema sanitario de primera magnitud.
Dificultad añadida supone el que sus criterios diagnósticos únicamente sean clínicos y que su etiopatogenia todavía no haya sido aclarada, lo que dificulta aún más su estudio y por supuesto su abordaje terapéutico.
En su tratamiento resulta fundamental el abordaje multidisciplinar en contraposición a un abordaje biomédico tradicional, dada la enorme complejidad que suelen presentar estos pacientes. En esta revisión intentamos aunar los conocimientos actuales en la literatura médica aunque hay que resaltar que diariamente multitud de estudios y referencias médicas y paramédicas abordan el tema con mayor o menor rigor científico.

(© 2004 Sociedad Española del Dolor. Publicado por Arán Ediciones, S. L.)

11 de mayo de 2012

Persiguiendo a Amy 45.- Lázaro


-Que elijan ellos. No les vamos a hacer ese feo, ¿no?

Los hombres ya estaban desenvainando y se acercaban a ellos.

-Por cierto, Hernán... ¿A ti te suenan de algo? Caballeros... antes de atacar y ya que están tan convencidos de que estábamos en el otro ejército... ¿Pueden indicarnos en cual ejército? Solo por estar informado, vamos... Hemos estado en tantos...

Siempre que se ponía nervioso antes de luchar no podía evitar provocar a los contrincantes. Las florituras no se le daban bien. El de las clases de esgrima era Leonardo. Sacó la daga a hacer compañía a su espada.

-¿Y bien...?

No le dejaron seguir hablando. Los tres hombres cargaron contra ellos a una y enseguida todo fue caos. Cruzó su espada con un tipo ancho de hombros y cara morena. A su derecha, Hernán se batía con otro que apenas le llegaba a los hombros, y que perjuraba a cada embiste, mientras que el tercero, delgado y con un rostro que le recordaba a un caballo famélico, bailaba entre los dos, ora atacando a uno, ora aprovechando un descuido en la defensa del otro. Lo ponía nervioso. Más aún cuando una de las espadas enemigas le pasó rozando la oreja. El Altísimo los confundiera, ya estaba harto.

Paró otra acometida y tiró a fondo, a la desesperada. Fue un buen golpe, su adversario cayó, herido, pero el hombre de rostro equino aprovechó su parca defensa para clavar su acero en su muslo. Así se quemara en las más ardientes llamas del infierno. Así la próxima vez que conociera mujer, esta le contagiara las más terribles pústulas. Así recibiera el doble de acero que había brindado a sus enemigos.

Mientras desclavaba su arma del cuerpo del moreno, trazó un arco con su daga para apartar al otro. Miró a a Hernán de soslayo. Se las arreglaba bien, pese a luchar solo con una espada. La otra mano la mantenía aún bajo la capa.

-¿Se puede saber qué diantres haces? Voto a...


9 de mayo de 2012

Persiguiendo a Amy 44.- Servando


¿Qué leches hacía el ligón en una timba? Si él se pasaba las tardes en que él invertía delante de los naipes cantándole sensiblerías a las taberneras y poniéndole ojitos de cama a todo lo que llevara falda. Casi no se habían reído cuando aquel soldado caledonio le quiso cruzar la cara, entre el pelo largo y la faldita a cuadros el pobre Salvatore había perdido el norte por un momento. Pero claro, ahí había estado Servando para ponerse delante y evitar que le metieran el laúd por la glotis abajo y se pasara cagando cuerdas y astillas dos semanas, ¿y cómo se lo pagaba el cretino? Arruinándole la mejor partida en años. Cierto que ya había perdido unos doscientos escudos, y de esos doscientos no llevaba más que cincuenta en la bolsa, pero estaba seguro de que iba a remontar a los naipes.

Servan entendió a la perfección las señas del bardo, o casi, a la primera se creyó que estaba indicando que tenía duples y a la segunda que tenía juego, pero como no estaban dándole al mus se dio por enterado de que hiciera como si no lo conociera. El disimulo a él se le daba perfectamente, aunque sus sobacos y su calva no lo entendieran tan bien y empezaran a sudar, convirtiéndole en una mezcla entre Goliat y las cataratas Victoria.

El mano repartió las dos cartas de rigor para jugar al ramponeau, con los dedos como salchichas Servando agarró las suyas y sonrió al ver un as de corazones y un siete del mismo palo. No estaba mal, a ver esas tres primeras cartas. El croupier las volcó sobre la mesa y luego las giró. La primera fue un 3 de corazones, observó complacido el gigantón, aunque la segunda le desanimó un poco, un rey de diamantes. A la tercera esbozó otra vez su sonrisa bobalicona: una reina de corazones. Faltaba otro corazón en las dos siguientes cartas para conseguir color. El tipo a la derecha del mano habló y apostó veinte escudos. Servando fingió dudar, se rasco el cogote pero al final igualó la puja. El resto de jugadores menos el bardo se retiraron rezongando. Giraron entonces la siguiente carta y el calvo reprimió un grito de júbilo. Un dos de corazones. Ahora el otro apostaría más alto y él podría resubir, estaba todo hecho, una victoria fácil y gloriosa...

-¡Maldito, te he visto mirarme las cartas! ¡Tramposo!

¿¿¿Qué decía aquel chalado guaperas???? No podía hacer el idiota ahora. Ahora no, no con aquellas cartas en la mano. Había venido sólo a destrozarle la partida, se iba a enterar, ahora que iba a recuperar todo lo perdido. Con un rugido Servando se levantó, la cara y la calva rojas de rabia, metió una manaza debajo de la mesa y la volcó como una hoja de pergamino. Arremetió contra el bardo y le agarró de la garganta con una mano mientras cerraba la otra en un apretadísimo puño. Salva le miró aterrorizado, negó con la cabeza y señaló hacia la puerta con el dedo que antes le apuntaba a él. Los dados dejaron de rodar dentro de los sesos de Servando y el sonido de miles de naipes barajándose dejó de zumbarle en los oídos al comprender lo que pasaba.

Impresionantemente deprisa para alguien de su tamaño soltó al bardo y cambió el destinatario del paquete de nudillos. El tipo de su derecha, el de la cara de rata, se estrelló contra la pared con la nariz desparramada por la jeta y un par de dientes rodaron por el suelo. Lo siguiente fue encontrarse junto a Sal balanceando la maza por encima de sus cabezas y con los tahures gritando y desenvainando sus aceros.

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(Servando por James. ¡A ti también te queremos una jartá!)