Se encogió entre sus brazos, dolida, angustiada.
No quería recordar todo aquello, pero las imágenes acudían a su mente una y otra vez, atormentándola.
-¡Sálvame!
Él apretó su abrazo aún más, viéndola llorar, aterrada. No podía hacer nada para ayudarla. No sabía hacer nada para ayudarla. Él también le susurró:
-Sálvame...
Y entonces se perdieron los dos.
2 comentarios:
jejejjejeje...veo que te has animnado...muassss...
te felicito, pasaré con más tiempo a ojearlo todo-todo...
tu vecino del 4º
Uy, pues para verlo todo-todo, vas a necesitar mucho mucho tiempo...
xDDD
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