3 de octubre de 2011

El último guerrero. - Teresa Juvé

Pasarán, pasarán y volverán a pasar. Los hombres, los días, el viento, y las luces y las sombras. El tiempo pasará. Y de todo lo que ha de pasar por encima de mí no podré ver nada y nada sabrá que yo estoy ahí, con el alma amarrada al cráneo con el clavo del ajusticiamiento. Pena de la vida terrenal y pena de la vida eterna, ésa es la maldita condena. Sin fuego que me despoje del envoltorio y me purifique el espíritu, ni para mí ni para ella. Y a mí qué más me da ella. A mí qué más me dará ese saco de carne líquida que oigo gemir al otro lado de mi mazmorra. Si al menos se callara...

---
¿Qué libro he leído más veces? ¿Cuál? Ilusiones. Juan Salvador Gaviota. El guardián entre el centeno. Rebeldes. Morirás en Chafarinas. La flecha negra. Los tres mosqueteros. El último guerrero...
No lo sé.
Pero los seguiré leyendo. En realidad, no puedo evitarlo. Y no quiero hacerlo.

Icórbeles empieza este libro encerrado, esperando el ser ajusticiado. En esa espera nos mostrará su vida en una sucesión de imágenes de pasado y presente. Sus batallas, sus victorias, sus derrotas, sus mujeres, sus hermanos. Culchas, el primogénito pusilánime. Alertes, el fuerte, grande, maravilloso Alertes, el ejemplo a seguir (el impulsivo, el generoso Alertes). Ulúrbeles. Moerico. El amable e inteligente Aerno.

---


Que negro está todo. ¿Me había adormecido? ¡Me he adormecido! A pesar del frío de la piedra en mi espalda que contagia de frío todo mi cuerpo, me he adormecido. Qué negro está todo, qué ruido de cadenas cuando muevo mi mano. ¿Dónde están, a qué distancia están las otras tres paredes de la mazmorra...? Mi espacio se ha quedado sin dimensiones y me angustia, me angustian las tinieblas que se aprietan a mí.
[...]
Los chorros del frío me recorren cuerpo abajo. Las cadenas tiran de mí hacia la tierra. Como aquellas otras cadenas, las de Alertes. Pero fueron cadenas solícitas y a lo lejos había luz en la boca de la cueva. [...] ¿Acaso he merecido yo a Alertes?


---

En la portada, en el resumen, la definen como "una lucha épica, llena de ruido de cabalgadas, de desastres, de triunfos, de crueldad, de gozo de vivir y de amor."
La lucha de los íberos contra los romanos. Y la lucha de Icórbeles, ese último guerrero, contra el enemigo, consigo mismo y contra su destino.

No hay comentarios: