2 de octubre de 2011

Capítulo 16 - Interrogatorio

-Pues verás... Oye, espera. ¿Que te cuente qué? Eres tú la que tiene que empezar a largar...

Miró al Gato en busca de ayuda. El otro fue seco y directo.

-¿Quién envía el paquete? No trabajas para ninguna mensajería, ¿verdad?

Su respuesta fue un largo trago a la botella de cerveza y una mirada indolente y cansada. Rebuscó en los bolsillos y le hizo un gesto a Sombra para que le acercara el bolso que había debajo de un cojín. De él sacó la cartera y una tarjeta identificativa. De una mensajería. La leyó en voz alta con una sonrisa triunfal y la metió de nuevo en la cartera, tirando el bolso a un rincón.

-¿Contentos?
-No.

Contestaron a coro, como si lo hubieran ensayado.

-¿Quién envía el paquete?
-¿Por qué habría de saberlo?
-Deberías tener un recibo, ¿no? Remitente y esas cosas...

Sombra se apoyó el en respaldo, paseando la mirada de uno a otro. El Gato la interrogaba sin quitarse las gafas de sol, a pesar de la penumbra del lugar, solo porque le ocultaba los golpes y se sentía más chulesco y seguro detrás, lo sabía. Sombra pasó a analizar a la chica mientras esta hacía un gesto desabrido con la mano, quitándole importancia a las palabras del Gato. Era mona. El pelo azul y los agujeros no le restaban carisma.

-Se quedó en la oficina.
-Podemos registrarla.

Sombra sonrió al Gato, que lo miró como pidiéndole silencio. No era momento de bromas. Intentó acomodarse. Tarea imposible. Además se estaba muriendo de hambre, no había comido nada desde el desayuno y ya debía ser media tarde. Apoyó un brazo sobre su estómago cuando un ruido en una habitación al fondo le alertó. Se puso rígido en el asiento y notó como el Gato hacía lo mismo. Ella, en cambio, hizo como que no había oído nada.

-Registradme si queréis. -Sonrió a Sombra con toda la picardía que guardaba en su menudo cuerpo. -No sé quién manda el paquete, así que no vais a sacar nada en limpio.

El Gato la miró. La maltrecha mente de Sombra lo imaginó erizando el pelaje y afilándose las uñas contra el borde del sofá.

-Déjate de estupideces, Carla. Quién. Y por qué.

Sombra dio un respingo, sorprendido. Ella suspiró y cogió el móvil de nuevo. Pulsó un par de botones y ya lo tenía en la oreja.

-Están en mi casa. -Un breve silencio. -Porque he dicho están. -Un silencio aún más breve, milimétrico. -Vale, espero.

El Gato se levantó de un salto, mirando a Sombra.

-¿Pero qué coño?
-Bah, no os preocupéis... Ahora vendrán a buscaros y contestarán a todas vuestras preguntas. ¿No queríais eso?

En la habitación del fondo volvió a oírse el mismo ruido, como un quejido ahogado, y Sombra se puso en pie junto al Gato.

-Me cago en la sota de bastos y el tres de picas...
----
Sombra y Gato, llegado este momento:
a) Esperan a que los vayan a buscar y respondan a sus preguntas.
b) Huyen de nuevo. (Y Sombra aprovecha para buscar dónde comer.)
c) Van a investigar qué es el ruido ese.
d) ¿Otra cosa? ¿Qué? ¡Comentarios comentarios comentarios!

2 comentarios:

Kimuko dijo...

¡Van a ver qué es el gemido! Pero rapidito y buscando una ventana o un sitio por donde escapar :P


^_^

P.D. ¡Guapaaaaaaaaaaaaaaa! ^_^

Lu dijo...

Quejido. He escrito "quejido".
Ya me estás pensando tú en lo que no es... :P