27 de marzo de 2010

Ataque de risa

Como no tenía qué hacer, se puso a ojear los libros de su padre. La mayoría eran demasiado serios, así que los ignoró, hasta que llegó a uno de chistes. A su padre le encantaban los chistes, pero él los encontraba absurdos. Estuvo pasando las hojas hasta que, de pronto, se quedó inmóvil.


"Dos vampiros se encuentran en la copa de un árbol. Como uno de ellos tiene la boca llena de sangre, el otro le pregunta, sorprendido:
-Oye, ¿y tú dónde conseguiste esa sangre?
-¿Ves ese muro?
-Sí
-Pues yo no lo vi."

Neme sufrió tal ataque de risa que se le cayó el libro al suelo. ¡Nadie le había dicho que había chistes de vampiros! Poco tardó en reunirse con el niño sobre el embaldosado a los pies del sillón, y allí pasó los siguientes diez minutos, riéndose y secándose las lágrimas con el dorso de la mano.
El resto de la noche la pasó buscando, infructuosamente, (¡jopetas!), más chistes sobre vampiros en los libros de su padre.

1 comentario:

Anonymous dijo...

Hehehehua
¡Con la risa tan bonita que tiene Neme (hehehehe)! ^_^
Venga, aquí van dos muy malos para colaborar con la causa, que me encanta cuando se lo pasa bien ^_^:
Un día un vampiro entra a la pieza de un pequeñín y le dice:
Te voy a chupar la sangre.
Y éste le dice:
¿Por qué no chupas mi chupete mejor?
¿Cuál es el colmo más pequeño de un vampiro?
El colmillo :P
Kimu