12 de julio de 2010

Campeones...

Neme estaba feliz. Era la gran final, faltaban dos minutos y su equipo iba ganando.  Fabuloso, fabuloso. Si vencían, esa noche la gente saldría a celebrarlo, por lo que la calle estaría llena de maravillosa-sangre-eufórica.
La adrenalina que inundaba la sangre humana era grandiosa. No había nada mejor que la sangre, salvo la sangre cargada de dulce, dulce adrenalina. Le hacía sentirse aún más fuerte, aún más rápido, aún más ligero, aún más sigiloso y terrible y mejor. Era lo más parecido a una droga que un vampiro podía conseguir.
Huelga decir que Neme prefería la adrenalina del terror, porque a ella se sumaba la satisfacción de asustarlos, aterrorizarlos, de verlos temblar y gritar de miedo, de tenerlos a su merced pidiendo clemencia... pero era mucho más fácil de conseguir y la euforia también estaba bien, también era grandiosa...
Un minuto y sus ojos brillaban de emoción, se puso de pie en el salón y empezó a dar saltitos nerviosos a la pata coja, alternando ahora una pierna, ahora la otra.
Sus padres lo miraron, sonriendo, y luego se miraron entre sí. Neme no vio cómo se guiñaban un ojo.

-Hoy habrá demasiados humanos en la calle, Neme, será peligroso. Es mejor que te quedes en casa.

El vampiro se quedó inmóvil, mirándolos con los ojos muy abiertos.

-No... no... ¡jopetas! ¡No! ¡Hoy no puedo quedarme! ¡Hoy no! ¡Me niego! ¡No podéis hacerme esto!

Empezaba una pataleta y ya estaba gritando cuando sus padres se echaron a reir. Le estaban tomando el pelo. Se sintió terriblemente humillado. Por un momento, se le empañaron los ojos por la vergüenza y la rabia, pero entonces el árbitro pitó el fin del partido y la euforia lo invadió a él también, campeones, campeones, y corrió gritando a por su capa para echar a volar, libre en la noche.

-¡Ganamos! ¡Ganamos! ¡Oe! ¡No volváis a reíros de mí así! ¡Jopetas! ¡No es justo! Pero oh, ¡campeones! ¡Sí!

1 comentario:

Anonymous dijo...

Jajajaja ¡Qué guay! ¡Debió ponerse las botas! ^_^
Kimu