21 de junio de 2008

Un secreto...

  UN SECRETO 
 

       Era de noche. La luz de la habitación estaba apagada, pero a través del pasillo llegaban reflejos desde el salón. “No cierres la puerta, por favor” “¿tienes miedo a la oscuridad?” “yo no le tengo miedo a nada”. Pero aún así no cerraba las puertas.

       Como todas las noches su madre había entrado y la había arropado mientras escuchaba sus oraciones “Padre Nuestro...” y se había marchado al salón.

       Y ella, como todas las noches, estaba de nuevo en la cama, mirando al techo, soñando despierta. Esa noche, como tantas otras, era la menor de varios hermanos “quiero un hermano”, hasta de siete hermanos como su padre “aunque tuviera un hermano nunca sería la menor”.

       Esa noche, como muchas otras, deslizó los pies descalzos fuera de la cama y se acercó a la pared que daba a la calle. Allí enfrente cerró los ojos “esta noche es la noche” y se concentró.

       “La fe mueve montañas” ¿quién lo había dicho? Tal vez el cura en misa. No. No era eso. Empezó a avanzar despacio. Muy despacio.

       No creía, sabía que si se concentraba lo suficiente atravesaría la pared, y si avanzaba lo suficientemente despacio, hasta parecía que lo lograba.

       La quinta vez que se topó con la pared se dio por vencida. “Algún día” le juró a la pared “algún día...” 
     

       ...... 
     

       Ha pasado mucho tiempo. Hace unas semanas un amigo le pidió un secreto y ella se lo contó. Y a medida que le regalaba su secreto, su mente le regaló los recuerdos tamizados entre las lágrimas de sus ojos. Ha pasado mucho tiempo; se han perdido tantos sueños... 
     

       ...... 
     

       Es de noche. La luz de la habitación está apagada. La habitación está a oscuras, la puerta está cerrada. “¿Miedo a la oscuridad? Yo no le tengo miedo a nada”.

       Esta noche me he encontrado de nuevo con los ojos cerrados, llorando frente a la pared.

       “Has vencido”. 

4 comentarios:

fw190 dijo...

hace...
mucho, mucho que compartiste esto... ayer? ante ayer? y ha llovido tanto... y me he repetido tantas veces esa frase, “Algún día” le juró a la pared “algún día...”

Anonymous dijo...

No aceptes la derrota
Dicen que aceptar un problema es el primer paso para solucionarlo, asi que no lo aceptes nunca... anda... me gustas tal como eres... :****
kimuko

Anonymous dijo...

Re: No aceptes la derrota
"De pequeño siempre me habían encantado los circos y de allí, sobre todo, los elefantes. Salían increíbles a la pista y demostraban toda su fuerza. Pero al salir, siempre los veía con una pata atada a una estaca. Esto siempre me sorprendió, hasta el punto de que le tuve que preguntar a la gente porque ese coloso que podía arrancar árboles con la trompa estaba atado a una estaca tan pequeña. "¿Por qué no escapa?" preguntaba.
Nadie sabía la respuesta, alguno me dijo que no escapaba porque estaba domesticado y entonces yo preguntaba "¿Entonces por qué está atado?".
Hasta que por fin alguien me dio la respuesta: "Ese elefante tan grande que ves allí, ha estado atado a esa misma estaca desde que era pequeñito. Cuando era una cría y lo ataron claro que intentó escapar. Un día tras otro, tras otro."
Me imagine al pobre elefantito intentar soltarse de esa estaca con todas sus fuerzas una y otra vez hasta que se quedaba dormido agotado. Y un día fatal para su historia se rindió. Decidió que la estaca era demasiado grande y que nunca podría con ella.
"Ese enorme elefante que ves atado a la estaca en el circo, no escapa porque cree que no puede".
(Historia recogida por Jorge Bucay y que escribí recordada a mi manera).
Que de pequeña no pudieses atravesar esa pared no significa que ahora no puedas. No te rindas.

Anonymous dijo...

Oye, a veces el problema es la metodología. Quizás lo de acercarse despacio no sea lo más adecuado. Prueba a pillar carrerilla... Si aplicas la suficiente fuerza, te aseguro que al final atravesarás la pared y si no, siempre puedes comprarte un mazo.
No se ha levantado todavía un muro en el mundo que no se pudiese atravesar. ;)