17 de agosto de 2011

Capítulo 13 - La bolsa

- Creo que no me conviene volver a ese piso, Gato... me ha visto mucha gente y los tipos que me persiguieron gritaron que era un ladrón. Apuesto a que alguien aún me reconoce.

El Gato asintió y miró a los otros dos.

-¿Os podríais ocupar vosotros? Si veis que hay algún problema os largáis enseguida. No quiero heroicidades. No pienso ir a salvarle el culo a ningún gallito. -Miró a Sombra. -No a nadie más.
-¿Piensas ir con ese gilipollas?

Gato asintió y ordenó a Sombra que les diera la llave, cosa que hizo al punto, tendiéndoles la cajita blanca.

-No deberías hacerlo, Gato.
-Y vosotros deberíais estar largando ya para esa casa y cerrando la boca... -Se llevó una mano a los ojos. -Por favor... -Y les dedicó su mejor sonrisa de cine. -Y ahora tú... espero que todo sea cierto y que no me guardes otra... Más te vale. Vamos. No tenemos tiempo que perder.

Salieron de la casa y se metieron en el Slk del Gato. Para Sombra, montarse en el mercedes plateado del Gato era casi un acto religioso. No le gustaban los mercedes, pero aquel tenía el mismo aire chulesco de su conductor, que bajó la capota y lo miró con aire cansado.

-¿A la estación?

Sombra asintió, poco convencido. Re-sa-ca.

-Deberías aprovechar e ir llamando a la mensajera esa...

Sacó el número y marcó los seis dígitos maldiciendo los pitidos de las teclas. Ojalá el Gato le hubiera dejado tomarse esas aspirinas... Nada. Volvió a marcar. Al tercer tono, una voz de mujer contestó. Sonaba molesta.

-Allô.
-Este... hola... Soy... -Miró al Gato buscando ayuda pero estaba concentrado en la carretera, o al menos eso aparentaba. -¿Me has traído un paquete esta mañana? A nombre de Sombra. Me dejaste este número.

La chica tardó unos segundos en contestar.

-Pásate por mi casa.

Y le dio una dirección y colgó. Sombra miró al Gato, que ya aparcaba en la estación.

-Que vaya a su casa. -Y le repitió la dirección.
-No me jodas, Sombra... Vamos a por la mierda esa de la consigna y ya veremos.

Sombra tuvo que hacer uso del resto de su dinero y de parte del del Gato para sacar la bolsa que correspondía con el ticket. Era una bolsa negra y opaca, plástica, bastante grande. Y tenía publicidad de una tienda de ropa. No llegó a abrirla. De soslayo reconoció a uno de los tipos de gimnasio del piso.

-Gato...

Le hizo un gesto con la cabeza y él asintió. Se volvieron y se acercaron a la puerta, para echar a correr hacia el coche. El Gato saltó la puerta antes de abrir, siquiera, como recién sacado de una película. Cuando Sombra cerró la puerta ya estaba arrancando, y el tipo del gimnasio les estaba dando alcance. Llegó tarde.

-¿A dónde?

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a) ¿A un sitio alejado para inspeccionar la bolsa?
b) ¿A la casa del Gato de nuevo?
c) ¿A casa de la mensajera?
d) ¿Vuelven a la estación a interrogar al tipo?
e) ¿Otra? ¿Qué? ¡Cuéntamelo!

(PD: Perdonad el retraso... Pero, como habéis podido comprobar, ando un poco carente de imaginación estos días...)

2 comentarios:

Kimuko dijo...

Me vale la opción de la casa de la mensajera si van abriendo la bolsa por el camino y si no les gusta lo que tienen lo lanzan directamente por la capota abierta del coche :P

Puse que iban a un lugar apartado porque se ve que los tipos estos saben de todo e igual era mejor que se recuperaran todo antes de meterse en otra emboscada como puede ser la casa de la mensajera, ya sabes, para darles un margen y afianzar la ahora frágil relación entre Gato y Sombra :P

Pero nada, nada, si tiene que seguir la acción, que siga ;)

Ariadna dijo...

Te voy a fastidiar un poco generando un empate jeje. Concuerdo con Kimuko en todo, así que no gasto más energía en teclear...hoy estoy vaga.

Un besazo!