21 de julio de 2012

ETPA2.- Capítulo 2 - Magia y lacre

El lacre era oscuro, con un dibujo recargado. El pentagrama que rodeaba al escudo de armas le confirmó, cómo no, que pertenecía a un mago.

Odiaba aquellas cosas. Aparte de que estaba-de-vacaciones, se suponía que había protegido la casa con un escudo antes de acostarse. Nada podía entrar mágicamente en la casa, pero aquella carta estaba sobre la mesa y no habían abierto la puerta. ¿O sí? Comprobó las trampas de la cerradura. Intactas. Chasqueó los dedos para formar una pequeña llama pero esta no sólo no se materializó, sino que un chispazo de dolor le azotó la mano. La sacudió con un gemido. El escudo seguía activo, y así seguiría hasta que no lo disolviera con las palabras exactas. Y nadie había sido capaz de burlarlo nunca. Solo Jules y él... y eso ya no era un problema. Ya no más.

Reforzó el escudo con una nueva trama, envió una sonda mágica para recorrer la casa y, mientras actuaba, sacó la nota del sobre. Era un sobre de tela encerada, suave y resistente. Caro. La nota también era de lino. Obscenamente caro. No pudo evitar sonreír de forma felina cuando la palabra acudió a su mente. Obscena. Se recorrió con la mirada y decidió que quizá convendría vestirse en algún momento, pero antes... No conocía a nadie tan adinerado como para malgastar así una pieza de papel de lino. El remitente pretendía llamar su atención, no solo eludiendo sus defensas sino además burlándose de ella con semejante gesto de despilfarro. Abrió la nota. Solo contenía un texto sencillo.

"Has jurado. Laudes."

Mierda. Mierda mierda mierda mierda. Buscó todos los reniegos, insultos y juramentos que conocía, pero su mente se estancó en el primero, usándolo de canalizador de toda su frustración. ¡¡Mierda mierda mierda!!

Apenas había pertenecido un par de años a los Juramentados y había realizado varios trabajos para ellos. Pagaban bien, pero los odiaba. Y siempre con Jules; Jules era el único enlace que tenía con ellos y ahora que no estaba contaba con que la olvidaran, pero no iba a ser tan fácil...

¿Quién más sabía dónde encontrarla? Una terrible duda la asaltó y recorrió la nota con la mirada en busca de algún signo de su compañero. Analizó cada letra, cada trazo, cada fibra... ¿Se parecía esa a una de sus ges? No. Era imposible. Había visto su cuerpo consumirse abatido por la magia. Había esparcido sus cenizas al viento. Decidió descargar su rabia con la nota, reduciéndola a ella también a cenizas. El latigazo de dolor que la envolvió cuando gritó la furia mezclada con el hechizo la hizo maldecir, de nuevo, al escudo mágico. Golpeada por su propia magia. Ridículo.

Rasgó el pliego y lo hizo pedacitos, descargando su ira de un modo más físico. No temía olvidar el mensaje. Era lo suficientemente claro. Los Juramentados solo citaban para el mismo día, la madrugada del día siguiente, como tarde. Siempre se reunían en el mismo sitio. Tenía la hora. No podría olvidarlo aunque quisiera. Y eso si se arriesgaba a quererlo. No se podía jugar con los Juramentados...

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Ahora que sabemos que nuestra prota es mujer y que sabe de magia... ¿Qué hará?

a) Decide ir a la cita esa madrugada.
b) Decide no ir a la cita.
c) Decide buscar más información sobre los Juramentados.
d) Decide volver a la cama y pensárselo luego.
e) ¿Otros? Va venga, en el anterior os lucisteis, a ver qué sale de esta... ¡Comentad!

La carta- Encuesta 1

Vamos allá... Capítulo segundo...
En los comentarios del anterior tenéis las ideas de la gente. Diré que me han encantado y que os adoro. =D


9 de julio de 2012

Capítulo 1. La carta

Se levantó tarde, cuando el sol ya estaba alto en el cielo.
Se deslizó de la cama perezosamente, con los ojos aún legañosos y resistiéndose a abrirlos.
Se desperezó y bostezó, tratando así de deshacerse de los jirones de sueños que aún tenía enredados en el pelo y que se le adherían pegajosos al cuerpo, como un sudor frío.

Se vistió con la misma parsimonia con que se había levantado, se desenredó provisionalmente el pelo con las manos y, aún sin calzarse, fue hasta la cocina y untó un trozo de pan con miel. Regresó con él en la boca y al pasar por la entrada algo llamó su atención. Había una carta en la mesa.

No recordaba haberla visto antes al pasar, pero podría habérsele pasado por alto. Se acercó, aún así, con cautela, como si de un animal salvaje se tratara.

¿Qué hacía aquella carta allí? Estaba de vacaciones. Había advertido que estaba de vacaciones. Esa carta no debería estar allí. Estaba de vacaciones. Quienquiera que la hubiese dejado allí se había metido en un buen lío. ¿Es que nadie conocía el significado de la palabra vacaciones? No pensaba abrirla. No debería abrirla. No quería...

Suspiró, cogió el sobre y el abrecartas que había en la mesa. Tenía forma de una pequeña espada de mano y media, con diminutos brillantes en la empuñadura. Con otro largo suspiro lo rasgó y lo abrió.


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And...

Reconozcámoslo, estoy un poco pez con esta historia y no sé por dónde arrancar porque no tengo ni idea de qué os apetece así que... Elegid, elegid mucho y bien...

Empecemos por el personaje principal. Es un... ¿Hombre? ¿Una mujer? ¿Humano? ¿O es acaso algún tipo de criatura mágica, tipo elfo, hada, leprechaun o similar? (De ser así marcad hombre o mujer también... En el caso de empate, no, no será hermafrodita, elegiré yo lo que quiera. Y comentad qué preferís que sea.)

Y en segundo lugar y como encuesta number two...  ¿Quién manda la misteriosa carta?

a) ¿La agencia de espías en la que trabaja?
b) ¿El INEM?
c) ¿La alta sede de Magia y Hechicería?
d) ¿La mafia rusa?
e) ¿Alguna otra idea más interesante? Comentad comentad comentad... (Rober, si votas por otros, comenta algo, malapécora)